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ALBERT SERRA | Director, presenta hoy en SACO "La muerte de Luis XIV"

"Siempre voy en contra de mis ideas, y eso es una gran lección de humildad"

"El cine es un arte complejo, caro, difícil, caótico y azaroso, pero el primer criterio tiene que ser la calidad estética"

Albert Serra, ayer, en Oviedo. IRMA COLLÍN

Albert Serra (Bañolas, 1975) es un director catalán de trayectoria singular, tanto en su cine, con obras destacadas como "Honor de cavallería", "El canto de los pájaros" o "Historia de mi muerte", como en su trayectoria de instalaciones artísticas. Hoy presenta en SACO su última obra, "La muerte de Luis XIV", alabada en Cannes, celebrada por la crítica especializada nacional como una de las mejores del año e ignorada para la gran industria.

- ¿Cómo se explica el viaje de "La muerte de Luis XIV" de Cannes a Saco sin para por los Goya?

-No me interesa explicármelo. Ya sabemos lo que es la cinematografía nacional, es un concepto muy caduco. Estos son los premios de la industria, que tienen su sentido, pero al mismo tiempo, hoy en día, con la globalización pierde un poco el sentido. Además, España se caracteriza por una cerrazón especial, comparado con nuestro entorno, con las fronteras físicas por ponerlo fácil, Francia y Portugal, por un desfase bastante considerable. Pero tampoco hay un responsable concreto, es una inercia que viene de lejos y no hay demasiado interés en cambiarla.

- Alguna vez la Academia ha premiado trabajos diferentes.

-La Academia son muy simpáticos. Los conozco y tal. No son el problema.

- Pienso, por ejemplo, en Rosales, con "La soledad"

-No considero que sea una gran excepción. Siempre hay grados, pero no me interesa. Es un tipo de liga que está obsoleta. No responde a criterios objetivos, sino a publicitarios. De lo que hay que preocuparse es del desafío estético. Por la calidad intrínseca de las cosas, incluso también a nivel comercial.

- ¿Por eso usted se ha ido a Francia a hacer esta película?

-Uno hace la película donde encuentra financiación. Ahora bien, esta historia es francesa, los actores son franceses... El cine español podría asociarse con estas cosas, con trabajar con otras cinematografías. Creo que podría abrir posibilidades. Pero, bueno, es una batalla muy perdida.

- Dice que incluso en lo comercial tiene que haber un compromiso de calidad. ¿Lo hay en España?

-Una película comercial en Francia hace 20 millones de espectadores. Una aquí, salvo "Los apellidos vascos" que hizo ocho, la mayoría hacen 4, 5 o 6 millones. Entonces no parece que les vaya tampoco muy bien. Sin embargo, en Francia, defendiendo la diversidad cultural durante 50 años, al cine comercial también le ha ido bien y es el segundo país exportador de cine. No son ideas, es ciencia pura.

- ¿Es un problema cultural, de los espectadores?

-Tampoco es que los productos que se fabrican aquí den como para ponerlo como ejemplo de nada, así que entiendo que debe de ser difícil.

- ¿Qué define al cine de autor hoy en día?

-Lo mismo que cuando nació. Que cualquier decisión que se toma en relación a la película, el primer criterio que se impone es el criterio de calidad estética. No hay ningún otro, por grande o pequeña que sea la decisión. Los otros criterios se pueden discutir, mezclar, porque se trata de un arte difícil, caro, complejo, azaroso, caótico, etcétera. Pero el primero es irrenunciable. Es el trabajo de una persona que se enfrenta a esto con este criterio.

- ¿Y el equipo?

-No será tan fanático. No se puede pedir a todo el mundo el mismo compromiso. La responsabilidad es autoral, que desde la nouvelle vague es quien hace la película, el director. A él se le exige el compromiso. Y ni incluso las mieles del éxito pueden apartarle de estas decisiones. En la sala de montaje es donde de forma más gráfica se experimenta esto. Si pones este plano sabes que la película gustará más, pero sabes que el mejor por lógica estética de la película es otro. Sabes que por el éxito de la película es un error, pero la lógica estética es mucho más importante.

- ¿Por qué cambia las funciones de su equipo en cada película?

-Yo, Fassbender, Warhol o Clint Eastwood. Es bonito. Es dar aire nuevo. Hay que dar alicientes para que la fuerza se mantenga, porque si no te vuelves fórmula. El cine se inventó precisamente para tomar decisiones que infringen las leyes lógicas de la vida real. En el cine, como en los toros o el fútbol, no se puede aplicar la lógica empresarial. Hay algo de un azar. E introducir estas dinámicas, ayuda.

- ¿Luchas contra tus propios automatismos estéticos?

-Siempre, es mi método, ir en cada película en contra de lo anterior. Si tengo una idea buenísima, en el guión desarrollo la contraria, ruedo contra el guión, hago el montaje contra el rodaje y en la postproducción, lo mismo. Contra lo que piensa la gente, es una gran lección de humildad no confiar nunca en tus ideas.

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