"Hoy he salido a besar desconocidas con un supuesto truco de magia, pero en realidad no es ningún truco. Es simplemente una broma y ha salido muy bien, aunque me he llevado una torta". Esta es parte del mensaje final que "Wilson Alfonso" dedica a los seguidores de su canal de Youtube y de Twitter. Allí cuelga los vídeos que hace con ayuda de un cámara y bajo la temática "mujeres y bromas". El objetivo final es besar en la boca a las chicas que para por la calle. Unas caen en la trampa y otras no, y las que lo hacen no se lo toman nada bien. "Tú de qué vas", "Me cago en tu p... madre" o "No me siento muy bien en este momento" son las reacciones que consigue junto a alguna que otra bofetada.

Usuarios de las redes sociales y colectivos feministas tildan la conducta de "Wilson Alfonso" de "acoso" e incluso aseguran que informarán a la policía de lo que está haciendo. Lo cierto es que a día de hoy la Policía Nacional no tiene constancia de denuncia alguna, aunque los vídeos corren como la pólvora en internet acompañados de comentarios que instan al autor a borrarlos y dejar de salir a la calle en busca de mujeres a las que robar un beso. "Tenías que hacerlo con el mozo de alguna delante. Valiente" o "Como te cacen por Oviedo no te quejes, babas", son algunos ejemplos de las críticas.

"Wilson Alfonso" suele grabar sus vídeos en el Campo San Francisco, especialmente en el paseo de los Álamos, y también en la calle Real Oviedo (cerca de "Villa Magdalena") o el barrio de Pumarín. Sus formas de engañar a las chicas varían, aunque siempre empieza de la misma manera. Las aborda sin más, les pregunta su nombre y su nacionalidad -muchas de sus "víctimas" son extranjeras-, y a partir de ahí expone un truco diferente. Uno es el "beso o billete". La chica tiene que intentar atrapar con el índice y el pulgar el dinero cuando él lo suelte entre sus dedos. "Si lo atrapas, te lo quedas, y si pierdes, me das un beso". La mayoría se niega a jugar, pero otras aceptan sin saber que el beso será en la boca. En otra modalidad "Wilson Alfonso", que lleva gafas, le pide a una chica que cierre los ojos un instante haciéndole creer que va a hacer algo con los lentes. De hecho, se los quita y se los guarda en un bolsillo con mucha ceremonia, pero cuando ella lleva varios segundos con los ojos cerrados, le agarra la cabeza y le planta un beso.