Una discusión en Olivares entre dos vecinos sobre la posibilidad de dar a una calle el nombre de Joaquín Alonso -nacido y criado en la zona y exfutbolista internacional del Sporting de la época dorada rojiblanca- desembocó en la tarde del martes en una trifulca que acabó con el presidente de la asociación de vecinos de la localidad, Joaquín Salas, por los suelos tras ser, supuestamente agredido por un miembro de su junta vecinal.

Los hechos se produjeron anteayer durante una reunión de trabajo de cinco miembros de la directiva para preparar la asamblea extraordinaria de la entidad, prevista que se celebre el mes que viene. En un momento de la reunión salió el tema de la polémica votación -celebrada semanas atrás- sobre cómo dotar de nombres a las calles de la localidad, ya que carecía de ellas. Este tema, según los vecinos, ha provocado una fractura en el barrio al dividirse en dos bandos: los que querían dar nombre a las calles con jugadores históricos del Real Oviedo y los que apostaban por utilizar los topónimos tradicionales de la zona. Finalmente, y tras un polémico cambio de reglas sobre la marcha de la votación, del que muchos culpan a la concejalía de Participación Ciudadana, se impuso con claridad la opción de la toponimia.

Según varios testigos, el supuesto agresor, vocal de la junta directiva, y defensor de la opción de la toponimia, zarandeó, golpeó y tiró al suelo al presidente, que prefería la opción del Real Oviedo, cuando éste le recordó que en su momento había pedido que la calle en la que vive llevara el nombre del exjugador del Sporting Joaquín Alonso -además de ser de allí tiene una casa en la zona- en caso de que saliera adelante la opción de dar nombres de futbolistas a las calles de Olivares. Como resultado de la agresión, Joaquín Salas cayó al suelo y se hizo una herida en la zona de la oreja con la patilla de las gafas. El presidente, que ayer rehusó hacer declaraciones, si admite que optó por no denunciar la agresión ni ir al hospital a por un parte de lesiones "para que esto no se caliente más". Y es que parte de los vecinos de Olivares afirman que la tranquilidad que se respiraba en el barrio se rompió a raíz de la votación por el callejero. Culpan directamente de ello a Ana Taboada (Somos), concejala de Participación Ciudadana, por lo que califican de "cambalache" a la hora de establecer el sistema de votación.

La primera opción fue la de hacer una votación abierta a todos los vecinos de la ciudad, como ya ocurrió con la consulta ciudadana para bautizar la entrada de la autopista "Y" (ahora Bulevar de Santullano). Todo cambió cuando Taboada -en un principio el Ayuntamiento era partidario de la opción de los exfutbolistas- asistió a una asamblea en Olivares para explicar el proceso.

Los defensores de la toponimia local montaron en cólera ante la edil asegurando que permitir que votara toda la ciudad beneficiaría a los que apoyaban que las calles se tiñeran de color azul, y que afirmaban eran "minoría". Entonces el Ayuntamiento dio marcha atrás y restringió el censo únicamente a Olivares. "Es un barrio con una idiosincrasia especial", alegó Taboada para el cambio. Entre medias, hubo dimisiones en la junta directiva de la asociación de vecinos. Y tras las votaciones llegaron alegaciones, acusaciones de tongo y la quiebra de la unidad vecinal. Ahora la polémica ha continuado a puñetazos.