El Teatro Campoamor se llenó ayer por completo en una nueva jornada de la temporada de Teatro Lírico de Oviedo, para presenciar en esta ocasión el estreno de "Doña Francisquita", uno de los títulos más emblemáticos del género. La aceptación de la obra fue espectacular, no sólo por la cantidad de localidades vendidas, sino porque el público despidió a los artistas en pie al término de la función.

Oviedo quiere zarzuela de calidad, y ahí reside la clave de este segundo título de la temporada. El reparto encabezado por Sonia de Munck, José Bros, José Manuel Zapata, Cristina Faus, Mª José Suárez y Enrique Baquerizo, entre otros, tuvo una acogida espectacular. Antes de comenzar la función hubo un recuerdo a Juan Ignacio Mortera, el actor que resultó lesionado durante los ensayos, y le desearon una pronta recuperación.

Esta producción de "Doña Francisquita" procedente del Teatro Villamarta de Jerez, y dirigida por Francisco López, se adhiere a la corriente más tradicional de la dirección escénica. Quiere pintar, y lo consigue, el lado más tradicional del Madrid castizo, que se ve subrayado con un vestuario de época también, realizado por Jesús Ruiz, que le da el tono nostálgico de una época pasada. Conceder tanto peso a los números de baile es un guiño a la tradición zarzuelística que aporta gran espectacularidad, y que el público agradeció enormemente. Quizá convendría apostar por un movimiento más dinámico del coro en la escena y que así resulte más creíble.

La comicidad es uno de los aspectos que más se ha querido enfatizar, y eso se hace evidente en el personaje de Cardona que interpreta Zapata, lleno de gestualidad y presencia. Destacó especialmente el momento en que se hace pasar por una maja, porque la gracia generó en el teatro una carcajada general.

Sonia de Munck dio vida a una Francisquita ingenua, extremadamente dulce tanto en el terreno vocal como actoral, lo que provocó que fuera una de las más aplaudidas. La canción del Ruiseñor terminó con una gran ovación. Al igual que ella, José Bros es alguien muy querido para los aficionados ovetenses, y eso se dejó sentir, especialmente tras la romanza de Fernando "Por el humo se sabe dónde está el fuego". El teatro se vino literalmente abajo. Aurora la Beltrana fue el papel que hizo la mezzo Cristina Faus, que debutaba. Es un personaje independiente, lleno de fuerza y voluptuosidad, al que Faus entiende; muy aplaudida fue su intervención junto a Zapata en el "Bolero de Marabú", casi al término de la obra.

Los personajes de Doña Francisca y Don Matías destacan también por la comicidad de las situaciones que protagonizan. María José Suárez y Enrique Baquerizo respectivamente, acertaron de lleno al representar a dos personajes maduros, deseosos de una segunda juventud, y que malinterpretan las señales amorosas que en ningún caso van dirigidas a ellos.

José María Moreno, el director musical, mostró una entrega total a la hora de coordinar el foso y la escena. La Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo afronta la obra de una forma solvente. Cabe destacar también todos los partiquinos que asumieron algunos de los integrantes del coro. La Orquesta Oviedo Filarmonía en el foso se desenvolvió correctamente, y como era de esperar el fandango que se incorporó al final, y de un modo muy original durante el saludo y los aplausos finales, tuvo una calurosa acogida.