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Raquetas para "invertir en salud" a los 80

Un grupo de jubilados se reúne cada mañana en las instalaciones deportivas del Cristo para jugar al tenis: "Nos gusta mucho y es muy sano"

Manuel Arias, Juan Solís, José Avelino Suárez, Amador Medina y Teo Landaluce, en el Cristo. LUISMA MURIAS

A pie de pista, Juan Solís cuenta que se está recuperando de una enfermedad que ha afectado a sus extremidades inferiores y que ve los toros desde la barrera. Sentado en un lateral de una de las canchas de tenis de las instalaciones deportivas de El Cristo observa cómo sus compañeros juegan, como cada mañana, un partido de tenis. Todos están jubilados, rondan los 80 años y viven en el barrio. Estos deportistas han formado un grupo de amigos para compartir afición y mantenerse en forma. Juan Solís, que desea volver a coger la raqueta cuanto antes, fue uno de los pioneros.

"Llevo viniendo a las instalaciones desde los años sesenta, al principio traíamos nuestra propia red", dice este jubilado, de 76 años, que se dedicaba al comercio de ropa y montó una tienda que llevan ahora sus hijas. Durante años practicó con pasión deportes de todo tipo y estuvo federado "incluso en ping pong". "Me gusta mucho y es muy sano", destaca mientras sigue con la vista la bola, que cambia de campo con cada golpe de raqueta de sus compañeros. En un breve descanso se le acerca José Avelino Suárez, que tiene 80 años. "Yo estoy por aquí tres o cuatro días a la semana y cuando no vengo me voy a la finca a trabajar", dice el ingeniero técnico retirado, para apuntar después que una lesión el codo le está dando la lata. "En el campo haces deporte también, pero de fesoria", bromea con él Juan Solís. "Sí, sí. Y de guadaña", responde José Avelino Suárez, con una sonrisa en la cara. "Un hombre parado... No hace nada. Además, la vida está para echar a correr", comenta antes de volver de nuevo al partido. Tiene como contrincante a Teo Landaluce, el mayor del grupo. "Yo paso de ochenta", dice con orgullo el sastre jubilado, natural de La Rioja y asentado en Oviedo desde hace "muchos años". "Estoy invirtiendo en salud", añade entre golpes de raqueta. "Empecé a venir cuando me jubilé y este es ahora mi trabajo. Me divierto mucho", resalta antes de lanzar una advertencia: "El deporte siempre con moderación".

Teo Landaluce juega con Amador Medina, extrabajador del metal. Tiene 65 años y todos le señalan como el mejor jugador de la pandilla. "Tenemos el compromiso de venir todos los días", dice el más joven del grupo. Lo interrumpe Teo Landaluce para elogiar su habilidad con la raqueta: "Con él gano aunque juegue cojo, es muy bueno".

El grupo lo completa Manuel Arias, "Lolo", que está punto de cumplir 80 años y que en su juventud jugó en el Club Deportivo Praviano. En los campos de fútbol se desarrolló un carácter competitivo que aún conserva, como el resto de sus compañeros. Porque en los partidos de tenis de El Cristo, aunque reina la deportividad, "todos queremos ganar". Lo hacen cada día, divirtiéndose e invirtiendo en su bienestar y su salud.

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