El centro de interpretación que abre hoy sus puertas en las inmediaciones de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo no está a la altura de unos monumentos milenarios, únicos en el mundo y declarados Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESC0. Por ello, el arquitecto Fernando Nanclares, firmante junto a Antón Capitel del Plan Director del Prerrománico, estima que, una vez encauzada la construcción de una variante a la actual carretera del monte por parte del Ayuntamiento, el conjunto afronta como prioridad la mejora de la "débil estructura" de acogida e información a los visitantes. A su juicio, y así figura en el plan redactado hace once años y que sigue sin ejecutar, la solución pasa por crear en la zona un Museo del Prerrománico regido por una fundación en la que haya patronos públicos y privados, "dotada de sede y medios", según precisa el arquitecto.
El Plan del Prerrománico fue redactado para el Ministerio de Fomento hace una década, sin que, desde entonces, ni la administración central ni la autonómica se hayan decidido a llevarlo a cabo. Para Nanclares, se trata de un planteamiento "realista" que, según los cálculos iniciales, necesita 14 años para ser ejecutado en su integridad. "Hay que creérselo y hacerlo, buscando la financiación necesaria", apunta.
Además del museo y de la variante, carretera que considera un "punto de partida imprescindible para el Naranco", Nanclares aboga por hacer de Santa María y San Miguel de Lillo "un conjunto monumental", bien delimitado y definido. En el plan firmado con Capitel también figuran proyectos tales como la recuperación del paraguas del lavadero de Ildefonso Sánchez del Río, una actuación que el tripartito se ha marcado como objetivo en su plan para el monte.
