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La plaza de la Catedral tiene que ser más acogedora, sostienen los arquitectos

Los urbanistas reclaman más mobiliario público y se muestran divididos sobre la conveniencia de los espacios ajardinados

La plaza de la Catedral tiene que ser más acogedora, sostienen los arquitectos

Dotar a la plaza de la Catedral de mobiliario urbano para que resulte un espacio acogedor y no de paso. Esa es la propuesta en la que coinciden los arquitectos y expertos consultados por LA NUEVA ESPAÑA sobre los contenidos de una hipotética reforma de la plaza de la Catedral, algo que defendieron esta semana tanto el deán, Benito Gallego, como el historiador Juan Carlos Aparicio, y que el Gobierno municipal descarta, al considerar suficiente la renovación del pavimento que tiene en proyecto.

Arquitectos y urbanistas sí que discrepan a la hora de valorar la creación de espacios ajardinados en la plaza, como planteó Aparicio. Unos creen que serían positivos para el disfrute de vecinos y visitantes, pero no faltan quienes los consideran fuera de lugar.

Entre los que se sitúan en una posición más conservadora se encuentra el arquitecto Fernando Nanclares, que no cree que la plaza Alfonso II necesite ser modificada en profundidad. "Es difícil cambiarla más allá de un arreglo superficial", declara este experto, que define al emblemático espacio público como "una plaza tradicional de pavimento duro" que "no es compatible con los jardines" y en la que sólo caben, si acaso, mejoras en el mobiliario urbano. "La Catedral es la protagonista", sostiene Nanclares que, en su día, planteó nivelar el firme. "Se descartó porque incluía suprimir escaleras y fuentes, algo difícil de aceptar, ya que se hicieron en los años 30", señala.

Tampoco es partidario de actuaciones de gran calado otro conocido arquitecto como Antón Capitel. Cree que las mejoras en la emblemática plaza pasan por dotarla de un mobiliario urbano acorde a las necesidades ciudadanas y poco más. "Que pongan unos buenos bancos y la dejen en paz", apunta Capitel, para quien "ajardinar la zona es lo peor que se puede hacer". Y es que, según apunta, las zonas verdes son "un invento del siglo XIX" y chocarían frontalmente con otros lugares señeros de la ciudad. "Ya tenemos un parque central en mejor situación que El Retiro de Madrid y mejor proporcionado que el Central Park de Nueva York", sostiene el arquitecto en referencia al Campo San Francisco como lugar de esparcimiento para ovetenses y foráneos. No obstante, pide que, en caso de hacerse alguna actuación, se recurra a "profesionales con la cabeza sobre los hombros".

En el otro extremo de estas opiniones se sitúa el abogado y exsubsecretario del Ministerio de Cultura, Ignacio Quintana Pedrós, que se muestra partidario de la creación de unos jardines que den una visión global de la historia de la Monarquía Asturiana.

"Permitiría coordinar la plaza con el jardín de los Reyes Caudillos y, junto con la culminación del Bellas Artes, supondría una reestructuración total de un complejo museístico impresionante", apunta sobre unas medidas que también incluirían un aumento del mobiliario urbano "acorde para la zona", descartando la inclusión de flora. "Que no pongan ningún árbol, porque no viene a cuento", sostiene Quintana, quien "suplica" que los cambios "lleguen pronto" a la plaza.

Hay también quién apuesta porque la reforma se encuadre dentro de un plan integral para todo el casco antiguo de la ciudad. "Han pasado muchos años desde que comenzó la peatonalización y Oviedo merece una reformulación de esos espacios", apunta el arquitecto Miguel García-Pola que, aun así, considera que los cambios en la plaza de la Catedral deben orientarse a mejorar los servicios para los paseantes. "Hacen falta más iluminación y bancos", explica sobre la deriva de la céntrica plaza durante las últimas décadas. "El residente ha perdido protagonismo en favor del turista", indica García-Pola, que llama a "buscar el equilibrio entre utilización y la contemplación". A su juicio, "parece que hay miedo" a cambiar la cara de la plaza, abriéndose a incorporar jardines y arbolado.

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