El esperado informe de la jefa de Bomberos, Carmen del Prado, avala que el Auditorio siga abierto, aunque con restricciones, pero resulta demoledor respecto a las condiciones en las que fue inaugurado hace 18 años. El documento, presentado ayer por el concejal de Seguridad Ciudadana, el socialista Ricardo Fernández, concluye que el inmueble abrió sin cumplir la normativa sobre incendios, sin ajustarse al proyecto de construcción, "empeorando aún más las condiciones en caso de incendio respecto a lo proyectado", y "sin ningún informe favorable al proyecto, ni al conjunto del edificio, ni a la puesta en funcionamiento".

Según Del Prado, antes de la inauguración del Auditorio se emitieron tres informes sobre incendios y "ninguno de ellos es favorable al proyecto de construcción del edificio de modo claro y global". El primero, de febrero de 1999, "se limita a establecer de modo genérico condiciones de protección". El segundo, del 12 de marzo, se denominada "Evaluación de riesgo" y en el mismo, siempre según la responsable de Bomberos, "no hay un pronunciamiento favorable al proyecto". El tercero, del 29 de abril, día en que se produjo la inauguración, se refiere únicamente a los sectores afectados por los actos oficiales de apertura, "señalando una serie de deficiencias" que se condicionan a una "posterior inspección general del edificio de la que no hay constancia".

Las medidas planteadas por Del Prado, cuya entrada en vigor es "inmediata", coinciden en líneas generales con lo adelantado en los últimos días. La planta tercera queda cerrada; el vestíbulo no tendrá más uso que zona de paso; la sala principal queda con una ocupación máxima de 1.500 personas y no se permitirá utilizarla al mismo tiempo que la polivalente; las cabinas de estudio y ensayo del sótano quedan clausuradas y se prohibe estacionar en el parking cuando haya actos. El Consistorio buscará espacios alternativos para los colectivos afectados, entre ellos la banda de gaitas, que ensaya en el sótano del Auditorio.