La Policía Nacional anunció ayer la desarticulación de un grupo itinerante de asaltapisos rumanos a los que se les atribuyen robos con fuerza en viviendas de varias ciudades españolas, entre ellas Oviedo. Un aviso de la propia embajada rumana permitió apresar a los delincuentes, asentados en Madrid, desde donde ideaban todos los asaltos, cuando planeaban volver a su país de origen.

Los agentes acusan a los detenidos de "numerosos hechos delictivos" perpetrados, además de en la capital del Principado, en lugares como León, Lérida, Zaragoza, Valencia y Tarragona. Concretamente se apunta a asaltos de viviendas por la fuerza para los que empleaban herramientas para forzar bombines como guantes, palanquetas o mazas que les fueron incautados junto a una gran cantidad de relojes y joyas.

La Policía describe a los detenidos, cuyo número no concreta, como hombres "de complexión fuerte" y destaca que los detenidos eran aficionados a subir fotografías a las redes sociales en las que no dudaban en posar exhibiendo armas de fuego y blancas.

Su centro de operaciones se situaba entre las localidades de Coslada y Torrejón de Ardoz. La investigación sobre su actividad delictiva comenzó a raíz de un aviso de la Agregaduría de Interior de la embajada rumana en la capital de España, que alertaba de la presencia de un grupo itinerante de sus compatriotas en nuestro país. Las pesquisas se desarrollaron desde un principio con discreción, pero se aceleraron tras conocer las intenciones de los acusados de volver en el corto plazo a su nación.

La detención de este grupo se suma a las de otras tres bandas de asaltapisos georgianos realizadas a finales de un verano en el que se registraron robos en numerosos bloques de viviendas de diferentes barrios de Oviedo. La utilización del testigo de plástico para marcar las casas de los vecinos que se encontraban de vacaciones llegó a causar psicosis entre muchos ovetenses, aliviados tras conocer el resultado de la actuación policial.

En total fueron decenas las casas asaltadas a lo largo del verano en la ciudad. En la mayoría de los casos los ladrones aprovechaban las largas ausencias de los vecinos para retirar el bombín de las puertas, entrar y revolver toda la vivienda en busca de objetos de valor como dinero o joyas. Posteriormente los asaltantes se retiraban sin dejar ni un rastro de su actuación.