Anthony Gabriel al frente de la Oviedo Filarmonía consiguió el objetivo que se había propuesto e hizo sonar la partitura creada por Bernard Herrmann para "Vértigo", la mejor película de la historia del cine según muchos críticos, como "un personaje más" de la oscura historia ideada por Alfred Hitchcock. Durante las dos horas de proyección de ayer, la sinfónica municipal consiguió encajar la música en la acción y los diálogos de tal modo que muchos espectadores olvidaron que salía del mismo foso del teatro Campoamor. En ese sentido la interpretación orquestal fue impecable y mantuvo al público absorto, en las poderosas imágenes que aparecen en pantalla y en el avance y los giros del argumento. El resultado fue impactante.

Del estreno de "Vértigo" se cumplen en 2018 sesenta años y Oviedo los celebró ayer. Lo ha hecho en el marco de la Semana del Audiovisual Contemporáneo de Oviedo (SACO) y dentro de la sección "La Mesta", dedicada al diálogo entre distintas artes. Ayer en el Campoamor cine y música mostraron lo que eso significa.

Anthony Gabriel había comentado que la de "Vértigo. De entre los muertos" es su banda sonora cinematográfica favorita, así que es de suponer que disfrutó tanto de su interpretación como el público que llenó el Campoamor escuchándola, a la vista de los aplausos que le dedicaron al finalizar y los comentarios que se escuchaban a la salida de la función.

A pesar de que la proyección del clásico de Hitchcock, con los diálogos de la banda sonora original en inglés y con subtítulos, es una de las pocas actividades de pago de SACO ayer apenas quedaron localidades libres en el teatro.

Entre los asistentes, en una de las plateas, se sentaron el alcalde de Oviedo, Wenceslao López, y el concejal y presidente de la Fundación Municipal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos.

En escena

Sesenta y siete músicos de Oviedo Filarmonía participaron en el concierto. Cuatro de ellos tocaron sobre el escenario, con una parte de la percusión de la orquesta, y dieron visibilidad al trabajo de sus compañeros en el foso. Con su interpretación añadieron suspense a las imágenes en pantalla, subrayaron los pasajes románticos y pasionales y contribuyeron a acentuar la confusión de los personajes.

Los recursos expresionistas de Alfred Hitchcock siguen impresionando al público, sobre todo en la gran pantalla del Campoamor. Las actuaciones de Kim Novak y James Stewart mantienen su frescura: el público ríe las bromas y se inquieta con los reveses de la historia. Es raro encontrar a alguien que no haya visto la película, solo es posible entre los más jóvenes, y alguno de los que ayer asistió al pase del teatro Campoamor reconoció haber quedado noqueado por una de las grandes obras maestras de la historia del cine.