Más de cien personas de edad avanzada o con problemas de movilidad fueron ayer evacuadas del centro de mayores de la Tenderina Baja en el que residen por la inundación del edificio, que se quedó sin luz al dañar el agua el cuadro eléctrico del sótano. La fuerte lluvia que asoló la ciudad desbordó el río Abuli, que cruza el entorno, desbordó las alcantarillas y alcanzó cerca de un metro de altura en algunas zonas.

La mayor parte de los técnicos de ambulancias que se encargaron del traslado estaban de descanso y provenían de diversos municipios asturianos. El centro anegado pertenece a la red de Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA) que gestiona el Principado, por lo que las 110 personas afectadas fueron distribuidas en hogares similares del municipio como Santa Teresa, El Cristo y Fundoma, además de en otros de Siero, Avilés, Castrillón, Infiesto, Moreda y Belmonte. Sólo algunos fueron a casa de sus familias o personas más próximas.

Los Bomberos de Oviedo, Protección Civil y la Policía Local se coordinaron con los sanitarios para establecer un plan de urgencia. Veinte ambulancias, un par de uvis, furgonetas de Protección Civil y taxis solicitados por las propias fuerzas de seguridad hicieron cola como pudieron junto al establecimiento de la Tenderina Baja para evitar los ríos y lagunas que se formaron en apenas un par de horas.

"¡Silencio, por favor! Vamos a organizarnos. Tenemos que escribir a mano el nombre y la nueva plaza asignada". Los profesionales se agolparon en el vestíbulo del centro de mayores tratando de poner orden y llamando a la calma a los residentes. Cuatro mujeres octogenarias aguardaron nerviosas su turno lamentando no haber tenido tiempo para recoger lo imprescindible. "Yo no tengo a nadie cercano, así que espero que la dirección del centro me lo lleve. Necesito mis cosas, mi ropa. Ha sido todo muy apurado", dijo una de ellas. A su lado, otra residente se echó a llorar de alegría cuando vio entrar con la cara desencajada a su hijo, Antonio Montero. "Iba a visitarla a las seis de la tarde, pero me llamaron antes para contarme lo que pasaba así que me la llevo a casa".

La evacuación duró unas tres horas y media, desde las 16.45 horas hasta las 20.15 horas aproximadamente. Algunos salieron por su propio pie acompañados en todo momento por sanitarios o bomberos, y otros abandonaron las instalaciones en camilla o en silla de ruedas. Los vecinos del barrio observaron la operación desde sus ventanas e incluso expresaron a gritos su malestar por una inundación que, según ellos, se veía venir de lejos.

Uno de los edificios de la zona, perteneciente a la comunidad "Torrejardín" se llevó la peor parte porque el portal quedó anegado. Era imposible entrar o salir sin botas de pescador o una barca. Por eso, los afectados se asomaban con cara de pocos amigos a la calle o abrían un poco las cortinas para grabar un vídeo o sacar fotos con el móvil. "Esto parece el río Bernesga de León", comentó un vecino de "Torrejardín".

El ingeniero municipal Ignacio Latierro supervisó las labores de achique del agua junto a la jefa de los Bomberos de Oviedo, Carmen del Prado. Al parecer, hubo que llevar una máquina de paleo hasta el río Abuli para facilitar que el caudal soportase la cantidad de agua caída a lo largo de la jornada. Ambos dieron por hecho que la situación estaba controlada y que empezaría a revertir (bajaría el nivel del agua en la calle) hacia las seis de la tarde.

La gerente del ERA, Graciela Blanco, aseguró ayer que los 110 residentes volverán al centro de mayores "en un par de días", que nunca llegaron a correr peligro y que la colaboración de las fuerzas de seguridad fue "exquisita".