El hostelero Vicente Lorenzo García, que regentó el bar Nalón durante medio siglo junto a su mujer, la cocinera Esmeralda González, falleció ayer en Oviedo. Tenía 87 años. Su funeral se celebra hoy, en la basílica de San Juan el Real, a las cinco de la tarde.

Vicente Lorenzo estaba casado con "la reina de la merluza a la sidra", según lo certificó el premio Nobel Camilo José Cela en una dedicatoria tras degustar el sabroso y a la vez singular condumio.

Una receta cuya salsa guarda con razonable secreto Esmeralda, que un buen día la preparó para ofrecerle a su marido un plato diferente. Una receta por amor que terminó por ser santo y seña del Nalón y también una referencia de la gastronomía ovetense. El secreto de la merluza a la sidra es la salsa, rosada y suave. Esmeralda, sin saberlo, elevó entonces la sidra como ingrediente a lo más alto de los fogones.

El primer cliente en probar la merluza fue el profesor Emilio Alarcos, parroquiano de los de a diario en el Nalón, quien sin hacer el más mínimo comentario rebañó el plato y se marchó sin más. A los pocos días llegó con Cela, quien se chupó los dedos y se deshizo en elogios.

Después cruzaron la puerta del establecimiento escritores como Mario Vargas Llosa, Rafael Alberti, José Hierro, Ángel González y Almudena Grandes para disfrutar con la merluza a la sidra de Esmeralda. Todos ellos estamparon dedicatoria y firma en el libro de visitas, igual que lo hizo en sus buenos tiempos el ahora controvertido Iñaki Urdangarín, esposo de la Infanta Cristina, que en su dedicatoria hizo sus primeros pinitos en bable: "Prestóme mucho el Nalón".

La noticia de la muerte del querido y respetado hostelero corrió ayer como la pólvora por todo Oviedo, y pronto la familia se sintió arropada por muchos amigos y a la vez clientes. El continuador del Nalón, Viti Lorenzo, hijo de Vicente y Esmeralda, estaba muy agradecido por todas las muestras de cariño recibidas. Así recordaba a última hora de la tarde de ayer a su padre. "Fue el mejor padre que me pudo tocar. La gente lo conocía y sabía cómo era, siempre lo dio todo por los suyos y se pasó la vida trabajando", comentó para después añadir que su madre, Esmeralda, "estuvo hasta el último momento con él".

José Luis Almeida, presidente de la patronal hostelera Otea, puso en valor los muchos méritos del hostelero fallecido, desde los profesionales, a su defensa a ultranza del sector como colectivo. "Para nosotros, los hosteleros, Vicente Lorenzo es uno de los referentes ovetenses y asturianos, y además fue durante muchos años directivo de nuestra asociación, en la que creía y defendía con convicción". Almeida también puso en valor que en aquellos años un establecimiento pudiera hacer famoso un plato de su creación, cuando no había ni redes sociales ni campañas publicitarias en los medios de comunicación. "Antes se hacía con el boca a boca de un cliente a otro, y de esta manera la merluza del Nalón fue primero dándose a conocer y después haciéndose famosa".

El presidente de los hosteleros asturianos no dudó de calificar a Vicente Lorenzo como "un hombre bueno, trabajador, siempre con la sonrisa en la boca y que ya es por derecho propio, un mítico de la hostelería de Oviedo y de Asturias". Con Vicente Lorenzo se va una parte entrañable de la hostelería local.