Después de más de cinco horas de deliberaciones, los integrantes del jurado popular declararon ayer culpable de un delito de asesinato al marroquí Abdelwahid Aghbalou, el hombre que acabó con la vida de la joven Karla Pérez en una playa de Melilla durante la madrugada del 10 de julio de 2016. El tribunal popular, que fue unánime en su decisión, considera probado que el acusado "ejercía un dominio absoluto" sobre su expareja, que la presionó para que acudiese a la ciudad autónoma desde Oviedo con el hijo de ambos y que una vez allí se las arregló para llevarla a una zona oscura y poco transitada de la playa de La Hípica, donde la agarró "por sorpresa" y la estranguló hasta que cayó muerta en presencia del pequeño aprovechando su superioridad física. El veredicto también contempla las agravantes de género, parentesco y aprovechamiento del lugar, por lo que la pena podría elevarse hasta los 26 años y 3 meses de cárcel que solicitan el fiscal y el resto de las acusaciones.

La condena máxima por asesinato es de 25 años, pero Abdelwahid Aghbalou también se enfrenta a otro año de cárcel por haber quebrantado la condena que le impedía entrar en España, una sentencia que le impuso el Juzgado de Violencia de Género de Oviedo por maltratar y amenazar a Karla cuando compartían piso en Ciudad Naranco. Por otro lado, las partes también solicitan tres meses de cárcel por un delito leve de hurto, ya que Abdelwahid Aghbalou se llevó el teléfono móvil de la fallecida para venderlo después de haberla dejado tirada junto a una jardinera y apoyada en la maleta con la que había viajado a Melilla. El fiscal pide, además, que el acusado indemnice a su hijo con 200.000 euros por haberle arrebatado a su madre, a los padres de Karla con 120.000 euros y a su hermano con 26.000.

Una vez hecho público el veredicto, tan sólo restan formalidades. El juez Javier Domínguez Begega tendrá ahora que redactar la sentencia e imponer la pena en base al veredicto, con lo que no podrá ser inferior a los 20 años por el delito de asesinato. El jurado popular también fue unánime a la hora de solicitar que no haya indulto para Abdelwahid Aghbalou y que la pena que se le imponga no puedas ser suspendida.

La autoría de Abdelwahid Aghbalou no se discutió en ningún momento a lo largo del juicio, ya que el hombre reconoció desde un principio que había apretado el cuello de la joven "hasta que bajó los brazos". No obstante, el acusado y su abogado trataron de demostrar que el ataque fue fruto de un arrebato y que no estaba premeditado. El marroquí llegó a decir que se fue de la playa pensando que la víctima aún permanecía con vida y que se enteró de su muerte cuando acudió a comisaría para contarle a la Policía que su expareja se había desmayado tras haberla agarrado del cuello en medio de una acalorada discusión. A ese argumento, entre otros, se agarró la defensa para solicitar que su cliente fuese condenado por un delito de homicidio imprudente -de uno a cuatro años de cárcel- pero el jurado lo rechazó de pleno.

Los argumentos

"Consideramos probado que Abdelwahid Aghbalou es una persona violenta y agresiva que ya había amenazado a Karla, a su familia e incluso a su hijo, que conocía bien el terreno en el que se produjeron los hechos y que se fue de allí sin avisar a los servicios médicos porque sabía que la había matado", dijo la portavoz del jurado. "También se ha demostrado que no sufría ningún trastorno ni adicción a las drogas, que Karla nunca tuvo posibilidad de defenderse y que el acusado sólo acudió a comisaría para tratar de dejar al niño y escapar, no para confesar el crimen", añadió.

El letrado de la defensa considera que los informes de los forenses sobre la hora de la muerte de Karla sirven para probar que estaba viva cuando las cámaras del paseo de La Hípica grabaron a su cliente saliendo de la playa, un hecho que avalaría la versión de Abdelwahid Aghbalou y que podría hacer menguar la condena dejándola en homicidio. También afirma que el acusado la agarró porque la joven estaba gritando y tenía miedo de que le detuviese la Policía por estar en España. El letrado, Lorenzo Álvarez, ya ha anunciado que recurrirá la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias.