Orlando Pelayo (Gijón, 1920-Oviedo, 1990) protagonizó ayer la última actividad programada para esta temporada por el foro Espacio Crítico, que dirige el experto en arte Luis Feás. Además de repasar su obra, estructurada en tres grandes etapas -las pinturas solares, las cartografías de la ausencia y los retratos apócrifos- Feás y el catedrático de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad de Oviedo, Lluis Xabel Álvarez, reivindicaron su vigencia, como puente entre generaciones e introductor de la modernidad pictórica; por "su sentido del humor, como pintor de personajes grotescos", y su critica política y social.

Luis Feás se refirió a Pelayo, uno de los pintores de la Escuela de París, como a "una de las figuras más relevantes del arte asturiano y a la vez del arte español", al que "como a tantos de sus colegas, hace falta reivindicar". Es, en su opinión, "una pieza fundamental de la modernidad asturiana".

Feás, que cerró la programación de su Espacio Crítico por esta temporada con el homenaje a Orlando Pelayo, considera que el pintor asturiano hizo "de puente entre la generación de 1900, con Luis Fernández, y las generaciones más jóvenes", apoyando a artistas como Carlos Sierra, Manolo Linares o Miguel Ángel Lombardía.