Buena presencia, un trato profesional y un total respeto a una normativa acorde al siglo XXI. Son algunos de los objetivos perseguidos por el concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, a través de la actualización de la ordenanza del sector del taxi. El edil dio ayer a conocer una treintena de cambios para mejorar la, a su juicio, desfasada normativa de 1998 que, por ejemplo, no recoge la prohibición de fumar dentro del taxi. Entra las novedades que propone el concejal -y que intentará pactar con los profesionales- destacan aspectos como "unas mínimas normas de decoro" o la obligatoriedad de ayudar a los clientes con su equipaje. Medidas todas ellas pendientes de trasladar y negociar con las tres asociaciones en las que se agrupan los 312 taxistas de la ciudad, enfrentados con el Consistorio desde febrero, tras la implantación del descanso obligatoria de los vehículos al menos un día por semana.

Propuestas polémicas

"Queremos romper con la tendencia de mirar a otro lado frente a los problemas del sector", declaró el edil dejando claro de antemano que, "en general", el servicio en la ciudad es satisfactorio. De todos modos, entre las propuestas se incluyen ideas que pueden resultar polémicas como imponer un atuendo "decoroso" para la práctica profesional. "Se trata de evitar las chanclas o los pantalones cortos", indicó, dejando en manos de los taxistas la posibilidad de instaurar el uniforme. "En otros sitios se está haciendo, pero deben ser ellos los que decidan", apuntó.

Entre la batería de propuestas se incluye la de ayudar a los pasajeros a colocar sus bultos o maletas, que los taxistas acepten bonos como medio de pago o la obligación de disponer de cambio de 50 euros, en lugar de los 20 vigentes. También se propone como obligación, aunque la mayoría ya lo hace, disponer de recibos y tickets como justificantes del pago.

Las modificaciones estéticas también alcanzan a los coches. Se plantea la necesidad de distinguir los taxis de los turismos privados mediante una línea transversal azul en la puerta delantera. Del mismo modo, se quiere incorporar la tecnología led para hacer más vistosos los carteles de "libre" y, entre las prohibiciones, destaca la de colocar publicidad sexista. "Entre nuestras pretensiones está la de eliminar todo tipo de publicidad que afecte a la dignidad de las personas", explica el concejal para justificar la limitación a unos anuncios que sólo se permitirán, al igual que en la norma antigua, en las puertas traseras de los vehículos.

Las pretensiones municipales van, sin embargo, más allá. Entre las metas del nuevo texto está también la de clarificar muchas normativas y favorecer la accesibilidad de los usuarios. Se establece como excepción a la prohibición del transporte de animales el uso por parte de los perros lazarillo de los invidentes. Se plasma igualmente la prohibición de fumar en el taxi, a pesar de la existencia de una legislación nacional que ya lo hace y se incluye en el articulado la regulación de los descansos obligatorios aprobada en febrero y recurrida en los tribunales por los profesionales.

Una apartado de la batería de ideas, quizás la más polémica para los propietarios, busca intervenir en el cambio de titularidad de las licencias. "No podemos dejar todo al albur del libre mercado", apuntó Fernández. La afirmación buscaba justificar la decisión de que cada empresario sólo pueda tener una licencia. Del mismo modo, se pretende imponer una jornada mínima de cuatro horas diarias de trabajo para los emprendedores y de ocho para los empleados por cuenta ajena.

Titularidad municipal

Por primera vez se incluye en la ordenanza la figura del autónomo como encargado de realizar servicios de manera puntual. Uno de los artículos se encargará de recordar explícitamente la titularidad municipal de las licencias y su explotación a modo de concesión, mientras que se reducirán las trabas para la transmisión de licencias, ampliando el número de supuestos en los que la misma es posible.

Tampoco faltan apuestas por las modernizaciones técnicas. El Ayuntamiento regulará por primera vez la concesión de los permisos locales para los taxistas, cuya vigencia se fijaría en cinco años. También se implementarán procedimientos para la realización de revisiones ordinarias y extraordinarias de los coches y se contemplará la posibilidad de revocar la licencia a los empresarios que no presenten el recibo del seguro en un plazo máximo de cinco días.

Por último, se aspira a redactar un régimen de derechos y obligaciones tanto para los taxistas como la administración. Para los primeros se planea igualmente desarrollar un régimen de infracciones con sus respectivas sanciones. La concejalía evita concretar de momento la redacción de los supuestos objeto de castigo en forma de multa por parte de la administración municipal.

Ricardo Fernández no se pone plazos para acordar el texto definitivo. "Se empleará el tiempo necesario para explicar nuestra motivación y tratar de llegar a acuerdos con los colectivos de taxistas", anunció, sin renunciar a aprobar varias medidas de manera unilateral si los empresarios se ponen de dientes. "Hay voluntad para contar con todos, pero la prioridad es sacar adelante una ordenanza acorde al año 2018", apostilló el concejal sobre un texto "similar al de otras capitales".