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Los propietarios atribuyen los cierres del Rosal a que la calle ha pasado "de moda"

Los dueños de bajos aseguran haber ajustado los precios con la crisis y echan en falta medidas para revitalizar la zona como la peatonalización

Los propietarios de locales comerciales en la calle El Rosal desvinculan el éxodo de negocios de los precios de los alquileres y lo atribuyen a que la zona, muy frecuentada en los años 80 y 90, "ha pasado de moda". Los arrendadores echan de menos actuaciones que revitalicen la calle, como el proyecto de peatonalización del tramo mas próximo al Fontán al que el alcalde de Oviedo, el socialista Wenceslao López, aludió el año pasado, y que se extendía por otras calles del casco antiguo y su entorno.

Algunos propietarios del Rosal son titulares de varios locales y constatan ciertas diferencias entre unos arrendatarios y otros. Afirman que los alquileres a empresas y compañías de ámbito regional o incluso nacional son más estables y con ellas hay más garantías de cobrar puntualmente. Los pequeños emprendedores, sin embargo, son quienes más frecuentemente se ven abocados al cierre.

No creen los dueños que los precios de los alquileres sean exagerados, como han manifestado estos días algunos comerciantes, y aseguran estar abiertos a negociar. En algunos casos, como el que refería ayer uno de los propietarios consultados por LA NUEVA ESPAÑA, han rebajado sus demandas económicas a menos de la mitad de lo que hubieran pedido hace unos años.

La naturaleza de muchos de los negocios abiertos en esa zona, que hace unas décadas era uno de los centros de "la movida" juvenil, también podría explicar algunos de los cierres, según los comentarios de algunos propietarios. Los hábitos de ocio de los chavales han cambiado, "el botellón" se ha normalizado y los bares y locales de copas convencionales dirigidos a un público muy joven se han vaciado. Además, algunos locales dedicados a la restauración, y a la hostelería en general, han tenido que afrontar reiteradas denuncias vecinales y multas.

Algunos de los propietarios de locales comerciales en la calle El Rosal ni siquiera residen en Oviedo y gestionan sus alquileres a través de empresas inmobiliarias o de intermediarios, desde las ciudades en las que viven. No manifiestan gran preocupación por el "enfriamiento" de la zona, aunque muchos se disculpan y eluden comentar la cuestión. Los que lo hacen sostienen que nunca han tenido sus bajos vacíos durante demasiado tiempo y que los negocios se han ido sucediendo en el tiempo.

Algunos hosteleros y comerciantes denunciaban estos días atrás que, a menudo, los propietarios cargaban a sus inquilinos el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Hay quien lo niega y asegura que siempre se ha hecho cargo del pago del impuesto y quien evita contestar a la pregunta sobre ese asunto.

La mayoría da a entender que no es la crisis ni la carestía de los alquileres los que han hecho declinar la calle y que, en similares circunstancias económicas, otras zonas, bastante próximas, se están viniendo arriba. Algún experto en gestión inmobiliaria apunta a la calle Cimadevilla y augura que en los próximos meses podrían instalarse en el Antiguo algunas franquicias.

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