Las fiestas de San Antonio de Fitoria terminaron ayer, y lo hicieron con el reparto de nada menos que mil bollos. Ése es el número de los socios que pertenecen al colectivo de festejos. Eso sí, bajo un chaparrón de los gordos. Pero como la carpa de las fiestas era de las grandes, como se aprecia en la imagen, los vecinos pudieron comerlos tranquilamente bajo techo. Un año más estas fiestas atrajeron a gente de todas las partes de Oviedo, muchos de ellos jóvenes que disfrutan de la música en el prau.