Ayer rindió su último viaje un apasionado de la navegación, de la pesca, tanto en el río como en la mar, y además un melómano, el ingeniero de minas ovetense Santiago González del Valle Cienfuegos-Jovellanos, y lo hizo a la edad de 80 años.

El funeral por su eterno descanso se celebrará mañana, a la una de la tarde, en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen (Carmelitas).

Santiago González del Valle era recordado ayer por su hijo Santi, vicepresidente de la Sociedad Filarmónica de Oviedo, como un melómano enamorado de la mar y de los ríos asturianos, especialmente del Narcea, en el que pescó salmón con mosca nada menos que durante medio siglo.

"Era un gran amante de la música clásica, afición que le había transmitido su abuelo Anselmo, que además de compositor y ovetense de pro fue uno de los fundadores de la Sociedad Filarmónica de Oviedo", añadió su hijo Santiago. "Un digno sucesor que es catedrático del Conservatorio de Música de Oviedo", dijo Jaime Álvarez-Buylla, presidente de la Sociedad Filarmónica. Además, en su querido San Esteban de Pravia, donde pasaba largas temporadas, dejó también su impronta. "Entrañable, generoso, humilde, discreto, una persona que peleó mucho por el club y que era querido por todo el pueblo".

Carmen Gayol, secretaria del Club Náutico de San Esteban de Pravia (Muros de Nalón), lamentó la pérdida de Santiago González del Valle, que fue uno de los fundadores del colectivo y colaboró siempre de manera desinteresada en todas las actividades que llevaron a cabo las siguientes directivas. Por eso están consternados por su fallecimiento.

Una persona que apostó por el club y por San Esteban como su sede desde el principio, en un tiempo en el que la marina de recreo no tenía mucho futuro. "Dio un impulso muy importante al club cuando estuvo de presidente, había muchas cosas que hacer al principio y trabajó muchísimo", recuerda Javier Menéndez, presidente del Náutico.

Una de las medidas que tomó junto a un grupo de entusiastas de los barcos, la mayoría de Oviedo, fue la recuperación del "Vaporín", el antiguo remolcador "San Esteban" del puerto de la desembocadura del Nalón, que es una de las embarcaciones emblemáticas de la localidad y que emplean cada año para la procesión marítima de la Virgen del Carmen.

González del Valle también fue el impulsor del homenaje y la ofrenda de flores a los fallecidos del mercante bilbaíno "Luchana", hundido cuando esperaba entrar en el puerto de Avilés.

"Era una persona muy querida, nunca decía que no a nada, daba buenos consejos y sabía de todo", añade Menéndez. También el vicepresidente del Náutico, Juan Manuel García, le recordó como una persona "digna, a la que nunca le importó el dinero, si hizo falta lo puso él, se desvivía por el club y llevó a mucha gente; era una persona humilde digna de destacar".