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Un cirujano que murió feliz

En el fallecimiento del médico Ignacio Camblor

Esta semana falleció a los 95 años de edad el Doctor Camblor Peruyero, reconocido médico que ejerció la cirugía en Oviedo en la última mitad del siglo 20. Discípulo de grandes cirujanos asturianos como el Doctor Blanco y el Doctor Parreño, dedicó su vida en cuerpo y alma a su amada profesión, siempre con gran dedicación y entusiasmo.

Ignacio había sufrido hacía varios años un ictus que le había limitado parcialmente su actividad social por lo que su presencia en la vida cultural/científica quedó eclipsada para mucha gente. Aunque sus más allegados hayan continuado estimando y valorando sus amplios conocimientos tanto en el ámbito profesional como cultural.

Fue pionero en Asturias de las organizaciones no gubernamentales, junto con otros compañeros como los doctores Luis Estrada, Fernández Combarro, Eguiburu, Llavona, González González, Mañana, De Miguel, Losa y Barneo. Todos ellos, junto con otros, fundaron en 1970 la ONG Medicus Mundi-Asturias, que comenzó a trabajar en el Burundi donde estuvo en varias ocasiones ejerciendo la cirugía de forma altruista y donde con el transcurso del tiempo se levantó con la colaboración de la diócesis de Oviedo y la inestimable labor del padre Legazpi el hospital Asturias en Ntita (Burundi).

No se puede dejar de reseñar su dedicación a su familia y a su amada esposa, Socorro Villa Casal, así como su afición y sus amplios conocimientos artísticos.

Su vida fue generosa y comprometida; centrada en valores humanos, sociales y religiosos encaminados a ayudar a los que le rodeaban, buscando la santidad en su trabajo, su familia y su ambiente, con el ideal de un laico católico.

Deseo y quiero estar convencido de que su sonrisa, tantas veces percibida aquí abajo, ahora sea total, eterna y compartida con tantísimos que le acompañan allí arriba.

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