El fallecimiento repentino de David Soares la semana pasada al sufrir un ataque al corazón al ver caer a su madre por unas escaleras dejó un hondo pesar en sus allegados. La familia recibió ayer numerosas muestras de cariño durante la celebración de una ceremonia íntima de despedida en la capilla del tanatorio de El Salvador oficiada por el sacerdote Gaspar Argüelles.

Soares falleció en una localidad situada al norte de Portugal cuando disfrutaba de unas vacaciones en compañía de su familia. Al parecer y según las primeras investigaciones, el ovetense sufrió un ataque al corazón al ver a su madre caer por unas escaleras. La mujer sufrió varias lesiones que la obligan a desplazarse estos días en silla de ruedas.

Según su círculo de amistades, el ovetense era repartidor de profesión, conocido en la ciudad por haber jugado en el Garfil de fútbol sala como portero, "una gran persona, un gran padre y esposo, un buen compañero y un estupendo amigo". Soares deja esposa y dos hijos de corta edad.