Los trámites burocráticos pusieron ayer en serio peligro el inicio de tres fiestas en Oviedo: San Lázaro, Colloto y Teatinos.

En el caso de Teatinos, las fiestas organizadas por la asociación Paulino Vicente estuvieron a punto de suspenderse por la denegación de la licencia municipal. De hecho, llegaron a estarlo, pero finalmente comenzaron con más de una hora de retraso tras desarmar una carpa cuya homologación fue rechazada por los técnicos municipales.

Según el concejal de Festejos, Roberto Sánchez Ramos, las fiestas de Colloto y San Lázaro también carecían de permiso a escasas horas de arrancar. No obstante, los promotores de ambas señalaron a este diario que, tras la entrega de documentación varia, reclamada por los funcionarios a la Policía Local pudieron empezar las celebraciones con normalidad, pero con la amenaza de nuevos requerimientos.

El chupinazo de las fiestas de Teatinos llegó a estar en el aire. El pregón del actor y presentador televisivo Pedro Durán debía iniciar las celebraciones a partir de las siete de la tarde. Sin embargo, el Ayuntamiento comunicó a lo largo de la tarde que el permiso para las fiestas había sido denegado porque la homologación de la carpa de la pulpería no se adaptaba a la realidad. "Se presentó la documentación de una carpa de 400 metros cuando la que se colocó tenía 128", explicó Roberto Sánchez Ramos, atribuyendo la decisión a los técnicos. "No tuve ni la oportunidad de firmar la autorización porque los técnicos lo dan de paso", señaló el edil.

Generador

Los vecinos esperaron durante más de media hora por una solución desde el Ayuntamiento. En torno a las ocho de la tarde se presentaron en la calle Puerto Pajares, en la que se celebran los festejos, agentes de la Policía Local. Después de dialogar con los organizadores se llegó a la conclusión de que las fiestas se podrían celebrar si se desmontaba la carpa y así se hizo. Aun así, después de la luz verde municipal falló el generador y no fue hasta pasadas las nueve de la noche cuando Teatinos pudo empezar a disfrutar de sus festejos.

De todos modos, los organizadores de los festejos no se fían. "Es una vergüenza, no paran de hacernos requerimientos", señalan los organizadores de las fiestas de San Lázaro, todavía con la mosca detrás de la oreja, pero que confían en poder vivir la fiesta en paz a lo largo de todo el fin de semana.