Tal y como dice una de las canciones del musical "The Rocky Horror Show" el espectáculo que se vio ayer en el Filarmónica no es para soñarlo ni para imaginárselo, es para vivirlo, porque más allá de lo entretenido del texto o del talento de los actores la función fue una celebración para los fans de una comedia y su versión cinematográfica, que lleva décadas proyectándose, llenando salas y siendo objeto de devoción.

"Horror", el homenaje asturiano a esa obra, no es exactamente una adaptación sino una trama en torno al original, un pretexto para cantar los temas que los fanáticos de la película se saben de principio a fin. Con esa buena disposición del público y el teatro lleno el éxito estaba asegurado.

Por si fuera poco había una baza más, la de Rodrigo Cuevas, que también arrastra a muchos incondicionales y que ayer brilló sin necesidad de tonada de por medio, como toda una vedette.

La representación fue hilando durante un par de horas escenas y bromas subidas de tono, golpes de humor irreverente y guiños al público ovetense, que los agradeció. "¡Está Caunedo! ¡No, no, está-boada!", jugaron con las palabras los actores, y efectivamente, entre el público estaba la teniente alcalde de Oviedo Ana Taboada. Y cuando el director de la función que supuestamente se estaba ensayando en escena gritó pidiendo ayuda otro de los actores replicó: "que te ayude Rivi".

Tras una breve y discreta intervención inicial -con gafas oscuras y peluca- Rodrigo Cuevas reapareció caminando por el pasillo del patio de butacas, en el papel vendedor de pizzas y con una gorra vuelta con la palabra "Oviedo" en el frente, y se ganó las aclamaciones del público con interpretaciones como la de "Sweet Transvestite" o "No sueñes, vívelo". También hubo sonoros aplausos y bravos para el resto del reparto, de cuatro compañías asturianas -las compañías Ambigú, Higiénico Papel, Saltantes y Teatro Fin del Mundo-.