El culebrón de las farolas isabelinas tiene más brazos que los cinco del modelo original que el área de Infraestructuras urgía a cambiar a finales del año pasado. El concurso, aplazado varias veces entre denuncias de distintos constructores sobre la posibilidad de que fuera una licitación hecha a la medida, quedó desierto a mediados de agosto. Los licitadores que llegaron a la última fase, todos con el mismo modelo, vieron como los técnicos tumbaban su propuesta al considerar que "la luminaria instalada no era la requerida". Ahora, la empresa fabricante de este modelo descartado y con el que el concurso quedó desierto y postergado al próximo año, ha presentado un recurso al Ayuntamiento al entender que su modelo sí cumplía y se excluyó injustamente.

Para entender el lío de las isabelinas hay que recordar que el problema surgió cuando una de las pocas empresas que fabrican farolas en España denunció que los plazos dados por el Ayuntamiento hacían imposible concurrir al concurso si no tenías ya fabricado el modelo, como, denunciaban, había hecho la otra empresa. El tripartito cedió y se aumentaron los plazos, presentándose, finalmente, instaladores que concursaban con la farola en la que supuestamente estaba inspirado el concurso y con los que iban con el modelo de los que habían denunciado.

La supuesta compañía del amaño se cayó en la fase de inspección de la documentación por una cuestión de color e intensidad, según el Ayuntamiento, y por una diferencia de 300 euros según la propia empresa, que sacó pecho de esta circunstancia en su día para mostrar que no había ningún concurso a medida. Sin embargo, los instaladores que concurrían con el otro modelo también fueron descartados, ya que "la luminaria no era la que se requería". Ahora, la empresa ha detallado que ese incumplimiento era una diferencia de 3 centímetros respecto a los planos aportados por el Ayuntamiento y que en su documentación explicaban que esas medidas se podrían ajustar si, finalmente, se optaba por un instalador que aportara su modelo al concurso. Pese a esta advertencia, todos fueron descartados y e l concurso quedó desierto y aplazado. El 18 de septiembre el fabricante recurrió esta decisión y espera respuesta. No entienden, dicen fuentes de la empresa, la urgencia inicial para repara las farolas y que ahora se deje desierto por 3 centímetros de diferencia.