Miguel Ángel Abreu es un ingeniero informático venezolano, que lleva afincado en Madrid 16 años. Es vicrepresidente de la Federación Nacional de Empresas de Software Libre (Asoliv) y ayer participó en unas jornadas celebradas en el teatro de Pumarín con una conferencia sobre la importancia de estos elementos informáticos para el mundo empresarial

- ¿Qué es el software libre?

-Muchas veces se asocia erróneamente con algo gratuito. Es la posibilidad de ver el código fuente de un programa informático para poder utilizarlo, ampliarlo o auditarlo sin depender de permisos de un tercero. En muchos casos es gratis, pero en otros hay un cobro por soporte.

- ¿Ofrece ventajas a las empresas?

-El software libre da flexibilidad a las compañías a la hora de evaluar sus estrategias informáticas. Las compañías pueden agilizar el desarrollo de sus herramientas a través de sus propios especialistas, reduciendo costes y plazos.

- Cada vez hay más administraciones que recurren a este tipo de programas.

-Sí porque permiten hacer un uso más eficiente de los recursos. Puedes hacer más proyectos con el mismo dinero y puedes auditar los mismos de una manera más efectiva, sin pasar por el peaje de los proveedores. Actualmente hay en España 90 administraciones que ya recurren a este tipo de software, entre ellos el Ayuntamiento de Oviedo, que lo utiliza para organizar los presupuestos participativos.

- ¿Es el software libre un gran desconocido?

-Hay cada vez más conocimiento sobre los mismos. Hay mucho que hacer, pero también hay bastante avanzado. Lo que existe es miedo respecto a su seguridad o dudas sobre las empresas que están detrás de los mismos. Son los argumentos utilizados por las compañías creadoras de los softwares privativos, pero tenemos argumentos que acaban con esos miedos.

- ¿Cuáles son las diferencias entre el software privativo y el libre?

-El privativo cuenta con un pequeño grupo de personas para dar soporte y el cliente, sea empresa o gobierno, no tiene acceso al código que te permite modificarlo o mejorarlo. El software libre tiene transparencia y permite evolucionarlo de manera independiente.

- ¿Ve positivas jornadas como la de Pumarín?

-Por supuesto. Pese a los avances realizados en el uso del software libre todavía queda por hacer mucha evangelización. Es vital organizar grupos que cuenten a las empresas las bondades de estos sistemas, especialmente su fiabilidad y sostenibilidad.