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Tres décadas montando el belén

La agrupación encargada de construir el principal nacimiento navideño de la ciudad cumple treinta años de actividad y muestra al público por primera vez su taller artístico en Teatinos

Detalle de un barril.

"Bienvenidos al reino de la mentira". El manitas Pablo Mortera, miembro de la Asociación Belenista de Oviedo, recibe así a los visitantes de la sede que la agrupación tiene en Teatinos. El Ayuntamiento les cedió el local a los belenistas hace diez años. Es un bajo de la calle Ámsterdam con una sala central, almacén y baño en el que trabajan a destajo una docena de personas un par de meses antes de que empiece la Navidad. El resto del año también lo frecuentan. Guardan allí los materiales con los que construyen las piezas del belén principal de Oviedo y algunas de las construcciones y figuras que expusieron en años anteriores. Esas son las mentiras; casas de poliestireno expandido, piedras de espuma, montañas hechas con musgo seco o tejas de cartón. La asociación está a punto de cumplir treinta años y de mostrar al público sus creaciones navideñas de 2018.

Las transportarán en una furgoneta alquilada hasta la plaza de Trascorrales a partir de la próxima semana. Aunque no pesan mucho, el trabajo es muy laborioso. Primero tienen que instalar las estructuras que soportarán las piezas para después ir montando el belén. Además, este año no habrá uno, sino tres nacimientos en la plaza. Uno con sabor astur y otros dos de estilo bíblico tradicional. Han recreado una aldea típica del Principado con casonas, hórreo, capilla, una fragua e incluso varas de hierba. Su extensión total es de unos 30 metros cuadrados y también tendrá personajes típicos; desde un madreñero a una paisana dando de comer a las gallinas. Un impresionante templo que parece estar hecho de adobe ocupa varias mesas. Es parte fundamental de los belenes bíblicos. Lo colocarán al fondo para dar la sensación de que es Jerusalén. Han pensado hasta en el más mínimo detalle de la escenificación.

"Hacemos esto por amor al arte. Está claro que para dedicarte a ello todo el año tienen que gustarte los belenes". Juan Estévez Monteavaro es especialista en pintar las piezas para darles un acabado realista alejado del estilo chillón. Se ha pasado una semana trabajando de diez de la mañana a diez de la noche retocando aquí y allá con los pinceles en la mano. "Mira, estas verduras en miniatura ahora mismo no parecen de verdad. Lo mismo pasa con las paredes o los muros. Hay que envejecer el color inicial", explica sin apartar la mirada de las pequeñas creaciones.

Eulalia Nacimiento es la presidenta de la Asociación Belenista de Oviedo. Acude al local por la tarde junto al resto de sus compañeros para ponerse manos a la obra. Es la encargada de diseñar y proyectar los belenes además de iluminarlos. Buena parte de las construcciones (casas, palacios, capilla o graneros) están decorados por dentro, de forma que es necesario darles luz para que el público pueda verlos. Con la instalación aún pendiente, Mortera enciende la linterna del teléfono móvil y apunta al interior de la capilla. "Mira qué maravilla". Hay mobiliario y hasta un altar.

Cada uno de los miembros del grupo de artistas de la asociación está especializado en algo y si no es así es porque se le da bien cualquier cosa. Hay delineantes, pintores, técnicos de iluminación y chicos para todo. Algunos están en activo en sus respectivos trabajos y otros están jubilados o en paro. Todos aspiran a superar el récord de visitantes del belén de Trascorrales logrado el año pasado: 90.750 personas. Las contaron los celadores municipales en la entrada del recinto. Se lo toman tan en serio que sin proponérselo crean una atmósfera hospitalaria en el local de Teatinos. Visten batas blancas y guantes de plásticos, e incluso se ponen mascarillas en caso de utilizar productos tóxicos. Las vitrinas de cristal contribuyen a la peculiar ambientación del entorno. En ellas guardan todas las figuritas de los belenes de este año.

Después de treinta años de trabajo, setenta socios y una decena de currantes incansables, a la Asociación Belenista de Oviedo se le han acumulad las pequeñas obras de arte. Por eso, preserva en una nave alquilada todo el material expuesto a lo largo de los años. De vez en cuando reutilizan piezas, pero normalmente las usan para las rutas belenistas de Pola de Siero, Villaviciosa, Valdediós o la sede central del Banco Herrero, mientras que parten de cero en el caso de Oviedo. A los artesanos del belén carbayón les viene como anillo al dedo el refrán, "En casa del herrero cuchillo, de palo". Quizás por falta de tiempo o por saturación, ponen pequeños belenes en sus domicilios. Según Estévez, "lo normal es poner la escena del Misterio y poco más". Eso sí, todos mantienen el espíritu navideño en casa.

El Príncipe Abdeladid, primo de Aliatar, participará por primera vez en la inauguración oficial del 6 de diciembre. Abdeladid vendrá a Oviedo con un séquito del Lejano Oriente para hacer un paseíllo desde la plaza de la Catedral hasta Trascorrales. El programa de actividades de la Asociación Belenista de Oviedo incluye el pregón de Navidad que ofrecerá el 13 de diciembre el director del Real Instituto de Estudios Asturianos y de la Biblioteca de la Universidad de Oviedo, Ramón Rodríguez, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, a las 19.00 horas, y al que le seguirá un concierto de la Coral Polifónica de Asturias "Cruz de la Victoria". El Festival de Villancicos, que este año alcanza su edición número veintiocho, se celebrará en el Auditorio Príncipe Felipe el sábado 15 de diciembre a las 18.00 horas. Al día siguiente, tendrá lugar la tradicional misa navideña en la Catedral a partir de las 12.00 horas. La bendición de los niños Jesús de los belenes y el concurso de belenes completan el menú de diciembre de la Asociación Belenista de Oviedo.

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