El concierto de Michel Dalberto para la Sociedad Filarmónica ovetense conmemoró ayer el fallecimiento del compositor Claude Debussy con un programa formado por piezas del repertorio impresionista francés. Entre el público sobresalió la presencia de numerosos jóvenes alumnos del Conservatorio Superior de Asturias.

Dalberto, que es un pianista reconocido y con una larga trayectoria interpretativa, cumplió de forma magistral con las exigencias del complejo programa, con obras de Debussy en la primera parte y de Ravel en la segunda. Antes de despedirse, ofreció una propina al público, con el "Claro de luna" de Debussy, que fue la que más pareció gustar al público.

La ejecución de Dalberto fue técnicamente exquisita, recreándose en la sonoridad y logrando que pareciera fácil interpretar al piano los virtuosos pasajes de cada una de las obras, en un concierto que se prolongó durante algo más de una hora. Dalberto interpretó todas las piezas de memoria y sin necesidad de partitura, lo que prueba su innegable dominio del repertorio.

Ni la inoportuna banda sonora que se escuchó de fondo durante el inicio de concierto, con ruidos de envoltorios de caramelos, móviles, murmullos..., ensombreció el recital de piano de Michel Dalberto.

La Filarmónica de Oviedo, en colaboración con el Conservatorio Superior y el Congreso Internacional "Debussy 100", emplaza a sus socios al concierto extraordinario de este próximo domingo a las 12.30 horas, también en el teatro Filarmónica.