La familia del fotoperiodista José Vélez ha cedido en depósito a la Fototeca del Muséu del Pueblu d'Asturies su archivo de más de 200.000 imágenes para su catalogación y difusión. La Fototeca está ultimando una primera fase de organización e inventariado del fondo y prepara exposiciones generales y muestras temáticas del reportero, ligado durante décadas a LA NUEVA ESPAÑA. Los trabajos actuales se centran en digitalizar los álbumes de negativos de 35mm y de 6x6, y en clasificar fotografías en diversos formatos, que abarcan desde los años cuarenta del siglo XX hasta unos días antes del 18 de marzo de 2012, fecha de su muerte.

Vélez (Oviedo, 1931) pasó su infancia en Pola de Allande, pero en los primeros años de la adolescencia se mudó definitivamente a la capital asturiana para desarrollar una carrera profesional iniciada "por supervivencia", como él mismo confesó en una entrevista publicada en este periódico. A los veinte años fotografió con una cámara Reina Cross prestada a un lacero municipal que capturaba un perro con cierta dificultad. Aquella escena poco o nada tenía que ver con las bodas y celebraciones de la burguesía ovetense en las que le pagaban por retratar a los protagonistas, pero apretó el disparador. El por entonces director del diario "Región", Ricardo Vázquez Prada, le compró el material comenzando así su carrera fotoperiodística.

Tras su paso por "Región", a finales de la década de los cuarenta, se incorporó a la redacción de LA NUEVA ESPAÑA, un trabajo que simultanearía con el que realizó para los semanarios "La Hoja del Lunes", del que fue director, y "Asturias Semanal". También fue fundador de la revista "Fruela 63", corresponsal de "Europa Press" y editor en su última etapa, desde 1995 hasta 2012, de la publicación mensual "La Hora de Asturias".

Su instinto y curiosidad le convirtieron en un periodista gráfico autodidacta y en un informador con una forma de ser ocurrente y jovial. Su obra constituye un patrimonio cultural de incalculable valor y un fiel reflejo de la transformación social, urbana, política y económica de Asturias en la segunda mitad del siglo XX, con especial atención a Oviedo, aunque también viajó mucho al extranjero -sobre todo a Europa y América- para retratar la emigración asturiana.

La revista "Vivir Oviedo" le nombró "Ovetense del año" en 1996 y la Asociación de la Prensa le rindió homenaje dos meses antes de fallecer de forma repentina. En aquel momento abogó por un periodismo libre y sin presiones que entorpezcan la búsqueda de la verdad y la defensa de los ciudadanos. Según sus palabras, "la independencia de un periodista está por encima de un balance económico". Tres años más tarde, el Ayuntamiento inauguró una calle con su nombre en el barrio de La Florida.

El propio Vélez seleccionó y organizó dentro de su obra un conjunto de 28 álbumes que contienen más de 50.000 negativos datados entre los años 50 y 80. En ellos hay fotos de personalidades asturianas de todos los ámbitos (Severo Ochoa, Alfonso Camín, Alejandro Casona, Nicanor Piñole, Sebastián Miranda, Emilio Alarcos, Gustavo Bueno, José García Nieto, Carlos Bousoño, Joaquín Rubio Camín, Corín Tellado o Alfonso Iglesias). Fotografió a todo tipo de personajes populares que reflejan la vida de las ciudades y pueblos asturianos: barquilleros, lecheras, los minuteros del Campo San Francisco, los mozos de cuerda de la estación del ferrocarril o las vendedoras del Fontán... Realizó además numerosos reportajes. Fue el primer periodista que entró en la cueva de Tito Bustillo a los dos días de que el grupo de espeleología "Torreblanca" descubriese un caballo pintado en la pared, cubrió la primera visita del Príncipe a Covadonga en 1977, la vista de Franco a Ensidesa en 1969, el Mundial de fútbol del 1982 o el ascenso del Oviedo a Primera División, en 1988.

El fondo cedido al Muséu del Pueblu d'Asturies se complementa con las más de 80 cámaras que usó a lo largo de su carrera, objetivos, trípodes y flashes.