El aluvión de quejas contra la empresa que se encarga de notificar las multas de tráfico emitidas en Oviedo, Correo Inteligente Postal (Cipostal), no han pasado desapercibido en el seno del tripartito que conforman IU, Somos y PSOE. El concejal de Contratación, Iván Álvarez (IU), adelantó ayer que el Gobierno local tiene previsto ponerse en contacto con la empresa "cuanto antes" para revisar si se está "cumpliendo el contrato en los términos establecidos" y comprobar si es cierto que las denuncias no están llegando a su destino en tiempo y forma. Decenas de conductores, la mayoría de fuera de Oviedo, denuncian que recibieron las sanciones en sus domicilios hasta diez meses después de haber cometido la infracción y que al haber pasado tanto tiempo no tuvieron opción a abonar el cincuenta por ciento del importe por pronto pago. Eso en el mejor de los casos, porque también hay afectados a los que les han llegado órdenes de embargo a pesar de que aseguran que ni siquiera sabían que les había cazado el radar.

"Lo primero que hay que hacer es escuchar a la empresa y hacer las cosas bien, pero está claro que cuando hay tanta gente que se queja puede haber un problema y nuestro deber como Ayuntamiento es solucionarlo cuanto antes", señala Iván Álvarez. El concejal de Contratación sostiene que las multas que se les imponen a los conductores por infracciones de tráfico "hay que pagarlas", pero defiende que "los afectados tienen que tener todos los derechos" y que "no tienen porque abonar más del importe de las sanciones si es que existe una deficiencia que no depende de ellos".

Y es que todas las denuncias apuntan directamente al sistema de notificación de las multas como raíz del problema. Fuentes del área de Seguridad del Ayuntamiento afirman que los trabajadores están hartos de enfrentarse a conductores que llegan al Consistorio tras haberse encontrado con una multa en el buzón contra la que no pueden presentar reclamación ni abonar la mitad de su importe. Aseguran que el problema no es de ellos porque las multas las llevan "a rajatabla". No en vano, según las mismas fuentes, pocas sanciones de tráfico de las que se emiten en Oviedo prescriben o caducan. Los empleados de la Oficina de Recaudación, por ejemplo, defienden que no allí no hay ningún tapón burocrático, que se cumplen los plazos religiosamente y que sólo se limitan a aplicar las leyes establecidas.

El concejal de Seguridad Ciudadana, el socialista Ricardo Fernández, también defiende a los trabajadores municipales. "Al menos hasta el pasado día 4 de diciembre todo estaba al día. Los trabajadores del negociado de sanciones tuvieron que enfrentarse al cambio de empresa -antes de llegar Cipostal el servicio postal del Ayuntamiento lo llevaba Correos- y a pesar de que no fue nada fácil lo hicieron con nota. Respaldo plenamente su trabajo porque se que han sabido solucionar una situación complicada", dice el concejal.

La empresa Correo Inteligente Postal, según fuentes consultadas por este diario, afirma que las denuncias de los conductores no tienen fundamento. "Se trabaja a diario como marca la ley de procedimiento administrativo y las notificaciones llegan a su destino cuando tienen que llegar", señalan las mismas fuentes. Así, los repartidores de Cipostal acuden dos veces a los domicilios cada vez que tienen que entregar una notificación "la primera por la mañana y la segunda por la tarde si es que en el primer intento no había nadie en casa". En caso de ausencia en el domicilio dejan un aviso en el buzón para que la persona pueda recoger la denuncia en sus oficinas de la calle Fray Ceferino en los próximos siete días. "Si al octavo no lo han hecho volvemos a remitirla al Ayuntamiento y ahí se acaba nuestro trabajo".