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La hostelería de Oviedo supera la crisis por el día, pero "está muerta de noche"

La ciudad cuenta con más de quinientos restaurantes y tres bares por cada mil habitantes l El sector da empleo a más personas que Arcelor

La hostelería de Oviedo supera la crisis por el día, pero "está muerta de noche"

La hostelería ovetense "ya no es lo que era hace veinte años", afirman sus protagonistas, pero, poco a poco, va recuperando el pulso tras la última crisis económica. La reapertura de locales históricos de la ciudad como La Goleta o Casa Conrado, o que el antiguo Naguar esté de nuevo en activo como Doña Concha y en manos de los responsables de De Labra, simbolizan ese incipiente resurgir. Sin embargo, la mejoría, según apunta el empresario Miguel García ("Miguelo"), se centra en la hostelería diurna, sobre todo al mediodía y en los fines de semana, pero se resiste en el ámbito nocturno. "Oviedo está totalmente muerto por las noches", afirma García.

Oviedo, según las últimas estadísticas, tiene un total de 475 restaurantes abiertos, 42 más que los que había hace una década. En conjunto, esos locales suman 26.221 plazas de comensal. En lo que se refiere a bares, en la ciudad hay tres establecimientos por cada mil habitantes, una proporción que entra dentro de la media regional y nacional. Por lo que se refiere al empleo, el sector local ocupa a 6.667 personas (más que Arcelor), casi un millar de puestos de trabajo más que al inicio de siglo y medio millar más que hace un lustro, cuando más apretaba la última crisis económica.

Pepe Reina, responsable de un local de copas en el Antiguo, confirma que, lejos ya aquellos tiempos en los que Oviedo llenaba en las noches de los jueves, viernes y sábados, sí que se nota un repunte tras la recesión. No obstante, advierte de que quien se anime a invertir en la noche de la ciudad debe tener muy presente que su año va a ser, en realidad, de nueve meses. "Aquí no hay absolutamente nada por las noches en los meses de junio, julio y agosto", asegura. Además, también llama la atención sobre un cambio de costumbres en la clientela. "Se bebe bastante menos que hace un par de décadas y, sobre todo, a partir de cierta hora", advierte.

A este respecto, "Miguelo" defiende un cambio de las costumbres horarias en la hostelería local. "Tenemos que adelantarlo todo, desde la hora de los vinos de la tarde a la cena y a las copas. Así seguro que nos iría a todos mucho mejor", afirma este conocido empresario.

Al hablar de hostelería en Oviedo resulta obligado referirse a la calle Gascona, epicentro sidrero de la ciudad que se ha convertido en un recurso turístico más, apunta María Lavilla, coordinadora de eventos de la decena de establecimientos que se integran en la asociación de sidrerías de la calle. Estos establecimientos también han respirado con alivio al notar la recuperación económica, si bien la sidra, por su precio asequible, ha sido una bebida que ha resistido bastante mejor la crisis que otras, sobre todo las de una mayor graduación alcohólica. "Nos ha costado, pero el bulevar ya está plenamente consolidado", afirma Lavilla.

Si Gascona es la calle de la sidra por excelencia, las de Manuel Pedregal y Campoamor se han consolidado desde hace dos décadas como ejes de la "ruta de los vinos" de la ciudad, sustituyendo a la calle Caveda, donde aún resiste el histórico bar Montoto, y, en menor medida, a la del Rosal, que vivió sus mejores momentos a mediados de la década de los ochenta del pasado siglo.

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