La huelga de los trabajadores de TUA vivió ayer su jornada de paros más tensa. Los ataques a dos autobuses urbanos, uno de ellos con viajeros, a primera hora de la mañana y una manifestación convocada por la plantilla en el centro de la ciudad marcaron el cuarto día de paros, convocado tras el fracaso de las negociaciones de más de diez horas celebradas el miércoles en el servicio de intermediación (Sasec). A la vista de esto, el alcalde, Wenceslao López, amenazó con sanciones a la compañía si no se alcanza un acuerdo que el viernes él mismo había dado por hecho. Lamenta que la huelga merme la calidad del servicio "pagado por los ovetenses".

Las reacciones al fallido acuerdo entre empleados y empleadores no se hicieron esperar tras romper las negociaciones pasada la medianoche del miércoles. Tanto el comité de empresa como TUA emitieron sendos comunicados llenos de reproches.

La plantilla acusó a la empresa de querer aplazar todas las negociaciones sin un compromiso claro de acuerdo. La empresa aseguró que la ruptura se debió a la exigencia de los trabajadores de mantener en sus puestos a conductores con hasta cinco positivos por alcoholemia en dos años. Argumento este último "tajantemente rechazado" por el comité.

Pocas horas después, a primera hora de la mañana de ayer, la cuarta jornada de huelga comenzó a generar contratiempos. Dos autobuses, uno que circulaba con pasajeros a la altura de la parada de Feve del centro comercial de Paredes (Siero) y otro que estaba estacionado vacío en Entrepeñas (Tudela Veguín), sufrieron sendos ataques. A pesar de que una piedra atravesó las lunas de ambos lados situadas justo detrás del conductor en el primero de los casos, no hubo que lamentar heridos, según explicaron fuentes de la empresa.

Los trabajadores manifestaron su enfado por la reticencia de la empresa a aceptar sus pretensiones. TUA pretende poner un alcoholímetro en los autobuses, pero los trabajadores quieren incorporar un protocolo que regule su uso. Reclaman también la reducción de los contratos temporales en favor de más empleos fijos. Para ello, celebraron ayer una marcha desde la estación de Renfe hasta la plaza del Ayuntamiento en la que participaron unas 200 personas, que colapsaron el tráfico en buena parte de la ciudad.

Con el lema "Por un servicio de calidad, no más precariedad laboral", los conductores y otros trabajadores solidarizados con su causa se abrieron camino a través de la calle Uría, mientras que miembros de CC OO en el comité de empresa del grupo Alsa mostraron su apoyo sin fisuras al comité de TUA respecto a su postura sobre los alcoholímetros. Se desmarcaban así de los acuerdos fijados en el sector de Carretera y Logística del sindicato a nivel regional para su implantación. "Se trata de un acuerdo sin tener en cuenta la postura de los comités implicados", indicaron.

Por su parte, el alcalde de Oviedo dejó entrever la posibilidad de recurrir a la literalidad del contrato firmado con TUA y plantear posibles sanciones por las mermas provocadas por la huelga en el servicio. "Afecta a la ciudadanía, especialmente en estas fechas, y contribuye a los problemas de contaminación de estos días", recalcó el máximo representante municipal. "Pagamos a la empresa todos los años por un buen servicio", afirmó, al tiempo que advirtió que habría que revisar los detalles del contrato antes de una posible sanción.

Respecto a la ruptura de las negociaciones que dio por hechas el viernes, López atribuyó el distanciamiento a los cuatro días inhábiles en los que no hubo más contactos. "El viernes hubo un principio de acuerdo y se intentó acudir al Sasec para ratificarlo, pero no se pudo porque estaba cerrado, cuando supe que había que esperar cuatro días me temí que saltara por los aires, y así fue", explicó.

Sobre la posibilidad de protagonizar una nueva reunión de mediación para solucionar el conflicto, López indicó que esa opción no está de momento entre sus planes. "Al menos de motu proprio no lo haré, pues creo que ya hemos hecho lo que correspondía", sostuvo, dejando en manos de los trabajadores y de la empresa la responsabilidad de acabar con una huelga que prevé tres días consecutivos más de paros, los próximos 2, 3 y 4 de enero.