Laura Pérez no era religiosa, pero sí que apreciaba los ritos de despedida y acudía a funerales de personas queridas. Por eso la familia quiere rendirle tributo con un oficio religioso que se celebrará el día 7, a las seis de la tarde, en la iglesia de San Isidoro el Real, en la plaza del Ayuntamiento, junto al mercado del Fontán. Quiere así hacer una despedida en la que participen todos los que la quisieron y acompañaron en vida.

El cuerpo de la empresaria fallecida fue incinerado ayer a las cinco de la tarde en el tanatorio San Salvador de Oviedo. Esas cenizas reposarán junto a las del resto de familiares fallecidos en el cementerio de Las Regueras, según explicaron ayer sus hijos. El funeral de San Isidoro será una muestra de cariño público, pero el acto de llevar las cenizas a Las Regueras para que Laura Pérez descanse para siempre junto a los suyos será estrictamente privado y aún no tiene fecha. La familia ultimaba ayer los detalles de la despedida de una mujer que se ganó el cariño del Oviedo antiguo.