Los colegios de Oviedo concentran la mayoría de las agresiones a maestros y profesores entre las que se dan en Asturias. A lo largo del curso pasado fueron 37 las denuncias que se registraron en la región por ataques de estudiantes o sus familiares a docentes. Once de los casos se dieron en centros escolares de la capital asturiana, lo que arroja el balance de que tres de cada diez agresiones al profesorado se concentran en colegios ovetenses. Una cifra que confirma la tendencia al alza de los últimos años en la ciudad y que doble la de hace cuatro, cuando se registraron cinco incidentes, en el curso 2013-2014. En Gijón, con más población y centros educativos, contabilizaron siete denuncias.
La cifra preocupa a los profesionales de la educación, que creen que el hecho de que la mayoría de los casos se concentren en Oviedo responde a que en los colegios urbanos hay una mayor concentración de alumnos que en los rurales, aunque podrían darse otras cuestiones pendientes de analizar, ya que Gijón está bastante por debajo de la cifra de agresiones en Oviedo. La casuística es variada, según explica la coordinadora del Servicio del Defensor del Profesor en ANPE, Montserrat Fernández, que es la encargada de dar respuesta a este tipo de casos.
Padres que se enzarzan en peleas con los docentes porque no están de acuerdo con la forma de calificar a sus hijos o con las notas, agresiones incluso a maestros en Infantil, faltas de respeto por parte de los más pequeños, que en algunos casos han terminado con el mobiliario escolar patas arriba, o amenazas al personal docente en desacuerdo con las tareas o los deberes que se mandan para casa son, entre otras, las situaciones que terminan en expedientes disciplinarios. Los casos de agresiones y faltas de respeto van en aumento en Asturias, y llama la atención que la mayoría de éstos se concentrasen en Oviedo en el último curso. En el curso anterior, el 2016-2017, se registraron treinta y nueve denuncias de este tipo en la región y cinco fueron en Oviedo.
Apoyo psicológico
Los docentes asturianos llevan tiempo alertando de que se sienten desamparados ante este tipo de casos, y no es de extrañar, teniendo en cuenta que cada vez son más los casos que se producen y en todas las etapas educativas. Llama la atención el repunte que se produce en los cursos de Educación Infantil, donde entre 2013 y 2016 se produjeron una media de dos agresiones por curso. Los docentes que sufren este tipo de situaciones terminan en muchas ocasiones necesitando tratamiento psicológico y recurren a la oficina del Defensor del Profesor buscando también asesoramiento jurídico. Algunos necesitan incluso ponerse de baja hasta que la situación en el centro se reconduce. Muchos padres optan por cambiar de centro a los hijos, pero los profesionales apuntan que no es la solución.
En Asturias, los docentes no cuentan con una ley que les ampare en este tipo de casos, ya que no se está aplicando la ley de autoridad del profesorado ni hay un protocolo vigente en los centros que estipule de qué manera actuar en estos casos. El consejero de Educación, Genaro Alonso, anunció en febrero del año pasado que la ley de autoridad del profesorado entraría en vigor a finales de este curso, y los docentes están expectantes, confiados en que el compromiso del Consejero se materialice, con el fin de poner freno a este tipo de agresiones a los profesores y maestros.
La radiografía de las agresiones y las faltas de respeto en las aulas asturianas no presenta una realidad optimista, y además hay que tener en cuenta, tal y como explican desde los sindicatos, que muchos docentes no denuncian los casos porque se sienten desprotegidos. Ante el temor a no contar con el respaldo de la justicia optan por callarse. Además, desde el sindicato ANPE, el mayoritario en Asturias entre los profesionales educativos, aseguran que cuando se da un problema de este tipo nadie quiere asumir responsabilidades.
