Los agentes de la Policía Científica que participaron en la investigación del crimen de Salesas están convencidos de que el cuchillo roto que encontraron junto al cadáver de José Manuel Fernández -el hombre que apareció muerto en el cuarto de basuras del número 8 de la Plaza Primo de Rivera- fue utilizado por la víctima para tratar de defenderse de su agresor. Los investigadores descartaron desde un primer momento que ese cuchillo de cocina fuese el arma que acabó con la vida de "Lolín". Sostienen que el filo ya estaba en el suelo cuando el fallecido se desplomó a consecuencia de los dos navajazos que le asestó su asesino -en la hoja sólo se hallaron "pequeñas salpicaduras" de sangre de la propia víctima y no restos que indicasen que ese cuchillo le había llegado casi hasta el corazón-, pero las pruebas realizadas demuestran que en el mango había restos genéticos de la víctima.

"Se deduce, por sentido común, que ese cuchillo tiene relación con los hechos. Creo firmemente que se rompió al impactar con una superficie dura y que fue usado por la víctima como medio de defensa", explicó ayer durante el juicio Isaac Carrera, que ocupaba el puesto de jefe de la brigada de la Policía Científica de Oviedo la noche en la que se cometió el crimen, el 26 de junio del año 2017. La defensa de José Luis Díaz Ramos, que se enfrenta a 25 años como acusado de haber matado a "Lolín", no tardó en utilizar este argumento en favor de su cliente. "Mi mandante no tenía ninguna herida ni hay restos de su ADN en el cuchillo", afirma el letrado Luis Tuero. En el mango del cuchillo, además de los restos genéticos de "Lolín", se hallaron los de una tercera persona "anónima" que también dejó su ADN en una colilla encontrada en el lugar del crimen.

El cuchillo roto apareció junto al pasador de un reloj que nunca fue localizado y cerca de un rosario con el cierre partido "de características similares" a otro hallado a posteriori en el piso de la víctima. Tampoco se encontró la cartera de "Lolín" con toda su documentación, lo que hace que los investigadores no descarten el móvil del robo. "El cadáver presentaba una pequeña erosión en la muñeca derecha, lo que podría indicar que le robaron el reloj. No obstante, tampoco se puede decir que este haya sido el móvil principal", señaló otro de los agentes.

Durante la jornada de ayer también declaró la hermana de la víctima, Marisol Fernández, que tiene muy claro que el acusado es el asesino de "Lolín". "Mi hermano nos había dicho en varias ocasiones que estaba amenazado por el entorno de la mujer con la que vivía, por un tal 'Gochín' de Ventanielles", dijo haciendo referencia al mote por el que se conoce al acusado, que había tenido una relación anterior con la mujer que compartía piso con la víctima. "Nos decía que lo tenían secuestrado. Esa mujer se gastó en un año el dinero de un piso que había vendido mi hermano. Vivía con miedo, los mantenía a los dos y lo acabaron matando", dijo.

Otra de las que ayer prestó testimonio fue una vecina del edificio que en su momento declaró que el acusado le había dicho que le tenía "muchas ganas" a "Lolín" y que iba a matarlo. Su intervención estuvo tan plagada de incoherencias y contradicciones que lo más probable es que no sea tenida en cuenta por el jurado a la hora de decidir sobre la culpabilidad del acusado. También declaró, entre otros, el portero del edificio, que fue la primera persona que encontró el cadáver de "Lolín".