"Este libro pretende dar valor al paisaje, dignificar la vida rural y dar a conocer esas pequeñas cosas de la naturaleza, como la posibilidad de convivir con los animales que nos rodean, entre ellos las abejas". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el apicultor Alberto Uría, autor de "El País del Abeyeiro", una obra en la que la miel es el pretexto para aprender a amar los bosques de Asturias.

"Quiero que quien lea este libro vuelva a enamorarse del paisaje; no necesariamente del mío. Pretendo apelar a los sentimientos y a los recuerdos de cuando fuimos niños. Los bosques nos necesitan ahora; son frágiles y están más amenazados que nunca", señaló.

Uría abogó por mirar a la naturaleza de otra manera y por cuidar el territorio para evitar los incendios que arrasan con todo. "Lo que se lleva el fuego por delante no regresa nunca", aseguró.

El libro cuenta con ilustraciones del artista Fernando Fueyo, que, evocando a Italo Calvino, dijo ayer eso de que "una historia no tiene por qué ser cierta, pero debe ser hermosa". También animó a "mirar de otra forma el bosque que nos habla, a detenerse en él y a volver de nuevo los ojos a los árboles".

"Éste es un libro muy especial, que se siente, que perfuma; el volumen adecuado para empezar a sumergirse en el mundo de los sentidos y de la naturaleza", recalcó el botánico Bernabé Moya, director del departamento de Árboles Monumentales de la Diputación de Valencia, y uno de los prologuistas del libro junto al paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga, director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos. "Estas páginas hablan de una cultura que desaparece. He tenido la suerte de acompañar a estos dos geniales autores a lo largo de todo el proceso y ha sido increíble", explicó Moya. Alberto Uría indicó que el libro está pensado para leerlo "mientras se come un poco de miel". El desencadenante que lo motivó a escribir fueron los incendios de octubre de 2017, cuando el monte ardió en Asturias. "Esa sensación de impotencia me animó". "Los libros son las abejas que llevan el polen de una inteligencia a otra. Los polinizadores están en peligro y el monte está abandonado", concluyó Moya.