José Luis Díaz Ramos cumplirá 52 años el 20 de abril, "el mismo día que nació Adolf Hitler", por eso tiene "tan mala estrella", asegura. Lleva en libertad desde el pasado viernes, cuando un jurado popular le declaró no culpable del asesinato de José Manuel Fernández al considerar que no existen pruebas para condenarlo a 25 años de cárcel, la pena que le pedía el fiscal como presunto autor de las dos cuchilladas que acabaron con la vida de "Lolín" en el cuarto de basuras del edificio de Salesas la noche del 26 de junio del 2017. Atendiendo al veredicto, José Luis Díaz Ramos se pasó 568 días en prisión preventiva siendo totalmente inocente. "Había estado en la cárcel otras cuatro o cinco veces porque comencé a pincharme a los trece años y siempre he sido un golfo, pero no mato a nadie, no soy un asesino", explica Díaz Ramos, que tiene previsto marcharse a vivir a Tenerife junto con su madre en los próximos días. "Aquí ya estoy marcado para siempre. Me voy de la ciudad porque en Oviedo siempre seré el asesino del cojo a pesar de ser inocente. Eso es lo que queda en la calle", asegura haciendo referencia a la víctima, un hombre al que le faltaba la pierna izquierda.

Este ovetense, enfermo de VIH y deteriorado por la droga, mantiene que la noche del crimen acudió al edificio de Salesas porque "tenía el mono" y estaba tratando de conseguir "un pico". Conocía a una vecina del inmueble que ejerce de prostituta y que también está enganchada, una mujer que podía darle una dosis "porque siempre me portaba muy bien con ella". Las cámaras le grabaron entrando en el portal a las doce y cuatro minutos de la noche y saliendo del edificio cinco minutos más tarde, uno de los "indicios" que llevaron a la Policía a detenerle. "Me puse un chute de cocaína, me despedí de ella y me fui. En la escena del crimen no está mi ADN, no tenía sangre en la ropa que llevaba ese día y no hay nada que me incrimine. En ese momento pesaba cuarenta kilos y tenía un brazo en cabestrillo porque me lo había roto por tres sitios, ¿cómo iba a hacerlo", mantiene.

Esa vecina fue la misma que declaró ante la Policía que José Luis Díaz Ramos le había dicho que odiaba a "Lolín" y que quería matarlo. "Todavía no entiendo por qué dijo eso. Yo no tenía ningún problema con 'Lolín' y casi me busca la ruina. Si me hubiesen condenado a 25 años, con la edad que tengo y mi estado de salud, habría muerto en la cárcel. Es más, hubiese hecho lo posible por acortar mi vida", dice.

La exnovia

Díaz Ramos conoció a la víctima porque compartía piso con una mujer que había sido su pareja hace once años, antes de que él se marchase a vivir a Tenerife. El ovetense afirma que volvió de la isla un mes antes del asesinato porque su expareja -que también era toxicómana y falleció sólo unos días antes del crimen- "se estaba muriendo de cáncer" y quería estar con ella "porque no tenía a nadie en Oviedo". Fue entonces cuando empezó a frecuentar la vivienda del número 8 de la Plaza Primo de Rivera, la casa que pagaba "Lolín" y en la que vivía junto a la mujer. "Ella me lo pidió. No eran pareja. Le estaba chuleando porque le mantenía los vicios, pero el que estaba enamorado era él", asegura. "Se me acusó de tenerle celos porque me quedaba allí a dormir, pero era para cuidarla. Ella, por ejemplo, no quería que él la ayudase a lavarse y era yo el que la metía en la bañera. No era cuestión de celos, es más, sólo quería asegurarme que 'Lolín' no se acostaba con ella porque tenía cáncer de huesos y pesaba veinte kilos. Eso la hubiese destrozado y yo no quería porque le tenía mucho aprecio. Habíamos pasado momentos muy buenos y tenía miedo porque nadie pone dinero sin nada a cambio", explica.

Su relación con la víctima, según dice, siempre fue cordial. "No hablábamos mucho, pero nunca se portó mal conmigo ni yo con él. Es más, hubo una vez que trató de suicidarse tomando metadona -José Manuel Fernández no tenía problemas con las drogas- y fui yo el que llamé a los servicios médicos para salvarlo", explica. ¿Y entonces quién es el asesino de "Lolín"? "Si lo supiese iría a por él ahora mismo. Lo único que puedo decir es que sospecho que la prostituta a la que fui a ver la noche en que pasó todo tiene que saber algo. No es normal que ella misma bajase a declarar contra mí a la Policía sin que nadie se lo pidiese cuando se llevaba bien conmigo. Puede que la haya amenazado alguien porque a su piso iba mucha gente y se movía droga. Todo el mundo sabía que 'Lolín' tenía dinero", explica.

La indemnización

En el cuarto de basuras en el que se encontró el cadáver de José Manuel Fernández había un cuchillo de cocina roto, con el mango separado del filo. La Policía sostiene que la víctima lo utilizó para defenderse de su agresor, pero José Luis Díaz Ramos tampoco presentaba heridas compatibles con ese cuchillo para incriminarlo. Esos restos genéticos se corresponden además con los encontrados en una colilla de la marca West que estaba en la escena del crimen, pero esa línea de investigación fue descartada. "Ahí está la clave. Eso era lo que tenían que haber investigado, pero me cogieron a mí como cabeza de turco porque soy un yonqui", insiste. "Todo esto ha destrozado a mi familia. No hay dinero que pague el haber estado ni un sólo día en la cárcel siendo inocente, pero haremos lo que sea para cobrar la indemnización que me corresponde porque mi madre se ha quedado sin nada para pagar a mi abogado". Su representante legal tiene previsto reclamar, pero primero tiene que hacerse firme la sentencia. "Me ha dicho que tardaría al menos tres años en cobrar", afirma.

José Luis Díaz Ramos quiere aprovechar su conversación con este diario para lanzar un mensaje: "Las cárceles están llenas de gente inocente pagando por cosas que no ha hecho y a mí casi me ocurre lo mismo. No soy un asesino y no maté a 'Lolín'. El culpable acabará cayendo tarde o temprano", subraya.