"Si progresa el cambio climático al ritmo actual, en 2100 en Asturias no habrá pomaradas ya que en verano no lloverá y eso hará inviables los manzanos". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Tomás Díaz, catedrático de Botánica de la Universidad de Oviedo y presidente de la comisión de ciencia y tecnología del RIDEA y director científico del Jardín Botánico Atlántico de Gijón.

La cornisa cantábrica, y también Asturias, "vive un proceso de mediterranización del paisaje que se agudizará en los próximos años, debido al aumento de temperatura", señaló el profesor. Díaz explicó que la biodiversidad de Asturias es mucho más elevada que la de Canarias, por poner como ejemplo un territorio que siempre se usa como modelo de riqueza natural, "debido a que la región tiene un macroclima especial con microclimas particulares". La biodiversidad de Asturias se sitúa en la banda media-alta respecto a países y territorios cercanos, indicó el catedrático.

Díaz pronunció una conferencia en el Club con motivo de la celebración del Día Mundial frente al Calentamiento Global. Díaz fue presentado por Manuel Calvo Temprano, director general de Biodiversidad del Gobierno del Principado, que destacó la importancia de tomar medidas contra el cambio climático, que afecta a todo el planeta. Manuel Calvo Temprano aludió de manera específica a las actuaciones del Principado para combatir el plumero de la Pampa, que ya ocupa 20.000 hectáreas en Asturias y, a juicio del director general, progresa en su colonización, independientemente del cambio climático. "Cada planta puede producir un millón de semillas al año; las medidas de erradicación se centran en cortar las plantas y aplicar herbicidas. Si no frenamos la expansión del plumero, llegará un momento en el que tengamos un grave problema sanitario", añadió Calvo. El director general también abogó a favor de que la Unión Europea incluya el plumero en el catálogo de especies invasoras, como ha pedido Asturias, lo que daría pie a recibir ayudas para las tareas para combatir la plaga. Tomás Díaz, que participó en la elaboración de la estrategia de erradicación, con siete años de vigencia, que aplica el Principado, matizó que los herbicidas solamente se aplican en áreas donde no hay riesgo de contaminación de aguas subterráneas. El profesor Díaz matizó que el 58% de la flora invasora de Asturias es de procedencia americana, y un 12 por ciento asiática. Otro 11 por ciento de especies llegan de África. "Cambio climático siempre ha habido, pero no de una forma tan rápida como en la actualidad; habrá más bien cambios climáticos locales", matizó el catedrático. Díaz también pronosticó la desaparición de las algas pardas en la costa asturiana y la proliferación de las rojas (el ocle), debido al aumento de la temperatura del mar.