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FEDERICO GUTIÉRREZ MAGADÁN | Hermano mayor de la Cofradía Jesús Nazareno, que celebra su 25.º aniversario la semana que viene

"Los buenos cofrades no se limitan a ver pasar la procesión, se implican en la organización de todo"

"Las primeras reuniones de la hermandad fueron en la colchonería, ya desaparecida, de la calle Mon"

Federico Gutiérrez Magadán (Oviedo, 1983) combina la pasión por la ciencia con una fuerte creencia religiosa. Licenciado en Matemáticas, da clases en un centro de estudios de apoyo universitario y es el Hermano Mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Ahora que están a punto de cumplirse veinticinco años de la refundación de esa Hermandad, el profesor ultima los detalles de un programa religioso especial junto a las cerca de 300 personas que forman parte de la cofradía. Las actividades se celebrarán del 21 de febrero hasta septiembre en la iglesia y el colegio de Santo Domingo (Dominicos) bajo el título "Veinticinco años de un resurgir". Conferencias, conciertos o mesas redondas están dentro de la oferta.

- ¿Qué le impulsó a entrar en la cofradía?

-Estudié, hice la comunión y me casé en los Dominicos. Siempre me ha llamado la atención la devoción que hay allí por la imagen de Jesús Nazareno. Aladino Cazón, que falleció hace siete años, era el tesorero de la cofradía en 1997 y fue el que me animó a entrar en ella. Siempre le estaré agradecido. Era el propietario de la colchonería Aladino, por eso, curiosamente las primeras reuniones de la Hermandad fueron en la colchonería ya desaparecida de la calle Mon.

- ¿Cuál fue su primera encomienda en la cofradía?

-Era un cofrade más. Empujaba el trono. Más tarde, en 2005, Alejo Barreiro me nombró Diputado Mayor de Gobierno, que es un nombre es muy rimbombante, pero significa que doy las órdenes y marco los toques en los pasos.

- ¿Ha cambiado la forma de cargar y procesionar?

-En nuestro caso, sí. Hace cinco años empujábamos el trono porque tenía ruedas, pero desde entonces llevamos uno nuevo a hombros. El anterior pesaba 800 kilos y sólo admitía a 18 personas para empujarlo. El actual es más ligero y tiene un límite de más de 60 cofrades para llevarlo, aunque normalmente solo van 36. Lo hicimos nosotros mismos. Ahora estamos construyendo otro, Es la misma imagen del Nazareno. La idea es tenerlo como alternativa.

- ¿Qué hace falta para ser cofrade de Jesús Nazareno?

-Tener ganas de trabajar y pasión por este mundo. Los buenos cofrades no se limitan a ver pasar la procesión, se implican en la organización de todo.

- Ahora rondan los 300 cofrades. ¿Es una cifra mejor o peor que hace años?

-Creo que seremos unas 280 personas. Lo importantes es que son cofrades reales. Quiero decir que son miembros activos. En los noventa, la cofradía llegó a tener 390 hermanos, pero más de cien estaban desaparecidos. Se habían inscrito porque sí y a la hora de llamarlos no respondían.

- ¿Por qué hubo una segunda fundación de la cofradía?

-La creación de la cofradía de Jesús Nazareno es del siglo XVII. Lo que pasó es que en Oviedo las procesiones dejaron de hacerse desde finales de la década de los 60 del siglo XX hasta 1994. Ese año, Ángel Ronderos (que regentó la colchonería de la calle Mon antes que Aladino Cazón) lideró la iniciativa para recuperar la actividad de la cofradía, que fue la primera que regresó a las calles. El material estaba desperdigado, pero se logró recuperar también. Los sucesores lo mantenemos e intentamos ampliarlo.

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