Primero fueron las amazonas y siglos después llegó Wonder Woman. Los griegos idearon el primer mito para mostrar cómo no debían ser las mujeres -guerreras, cazadoras, no sometidas al hombre- y Estados Unidos lo reconvirtió y le dio la vuelta en la II Guerra Mundial, para animar a sus mujeres a asumir los roles masculinos, en las fábricas y en el Ejército, mientras sus hombres combatían en el frente. De todo ello hablarán Susana Reboreda y Eva Sanjuán, profesoras de la Universidad de Vigo, en las jornadas organizadas el lunes (18 de febrero) por el Grupo Deméter, en el Centro de Investigaciones Feministas.
Las amazonas y Wonder Woman han acabado convertidas en símbolos feministas. Reboreda explica que las primeras empezaron siendo un "antimodelo", que nunca existieron, aunque se han encontrado tumbas de mujeres enterradas con sus armas en la zona del Caúcaso, y que Atenas las utilizó como propaganda política, contra el imperio persa.
"Wonder Woman es la primera superheroína, cuando no había más superhéroes que Superman y Batman", cuenta. "Las mujeres tienen que empezar a trabajar, en trabajos relacionados con la fabricación de armamento", continúa la profesora gallega, y es ahí cuando aparece Wonder Woman, "como símbolo de mujer independiente". El psicólogo William Moulton Marston ideó el personaje en 1941. Susana Reboreda cuenta que su vida fue tan singular como la de su creación: ya casado conoció a la mujer que le inspiró Wonder Woman, y la convirtió en su amante, y los tres -él, su esposa y su amante- vivieron en familia y compartieron hijos.
Reboreda vincula a Wonder Woman con el mito de Ares y Afrodita; él representa la brutalidad y la guerra, ella es la defensora de las mujeres. En la ficción se refugian en una isla donde vive Wonder Woman, que es la hija de Hipólita, que lleva el nombre de la reina de las amazonas. Los superpoderes de Wonder Woman son regalos de las diosas: el lazo de la verdad, los brazaletes que la protegen... y lleva en su ropa -cada vez más corta, por cierto- los colores y el diseño de la bandera de los Estados Unidos. Wonder Woman, según las investigadoras gallegas, es un cóctel que combina mitología clásica, propaganda americana, mensajes feministas y que al acabar la Guerra, evoluciona hacia una imagen más sexualizada y una actitud algo menos independiente. Paralelamente, el feminismo la convierte en un emblema que ha llegado hasta la actualidad.
"Wonder Woman es un ejemplo de cómo los mitos clásicos siguen vivos y se van adaptando con el paso del tiempo", afirma Susana Reboreda.
"Amazonas, diosas y mujeres guerreras en la Antigüedad" es el título de la segunda edición del Seminario de Interuniversitario de Historia Antigua y Género, en el Centro de Investigaciones Feministas, en el campus del Milán.
