Nuevos descubrimientos en el Parkinson, gracias al trabajo de los investigadores del HUCA. El Grupo de Problemas Inversos, Optimización y Aprendizaje Automático de la Universidad de Oviedo lleva años investigando las enfermedades neurodegenerativas, para intentar comprender los mecanismos genéticos implicados en su desarrollo y aportar nuevas hipótesis de trabajo. En un reciente estudio, realizado en colaboración con el servicio de neurología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), y que ha visto luz en la revista Journal of Medical Informatics and Decision Making, el personal investigador de dicho grupo ha conseguido caracterizar de modo robusto las vías genéticas alteradas en personas enfermas de Párkinson. Para ello se han analizado datos genéticos de 114 cerebros congelados (59 de individuos sanos y 55 de individuos enfermos de Párkinson) del Queen Square Brain Bank for Neurological Disorders (UCL Institute of Neurology, Londres), obteniendo ácido ribonucleico (ARN) de diferentes zonas del cerebro.

En este estudio se han desarrollado varios modelos matemáticos, basados en técnicas de inteligencia artificial del Grupo de Problemas Inversos, para realizar el muestreo robusto de las vías genéticas alteradas por la enfermedad, dado que este tipo de problemas poseen un alto grado de indeterminación. Esto supone, en palabras de Juan Luis Fernández-Martínez, catedrático de la Universidad de Oviedo, que “existen múltiples combinaciones de genes que podrían explicar el desarrollo de la enfermedad, y nuestro objetivo es privilegiar la invariancia biológica, es decir, los genes y vías genéticas cuya implicación en el desarrollo de la enfermedad no dependa del algoritmo utilizado para estudiarla”.

El equipo investigador ha conseguido caracterizar una serie de genes novedosos, nuevas dianas terapéuticas y métodos sencillos de diagnóstico precoz. Se consiguió predecir a los enfermos de Párkinson con un 89% de exactitud.

Por otra parte, este estudio conecta el Párkinson, a través de ciertos mecanismos, con el Alzheimer y con diferentes tipos de cáncer (colon, colorrectal y próstata). “Es de esperar que estos hallazgos sean confirmados clínicamente y den lugar al diseño de nuevas terapias”, afirma el profesor Fernández-Martínez. De hecho, en esta investigación han surgido fármacos como la Zebularina, Acnu (nimustina) o Acipimox, cuyo efecto debería ser estudiado más detalladamente en modelos preclínicos. Como explica el catedrático, “este tipo de técnicas provenientes de la inteligencia artificial son necesarias para optimizar el diseño de fármacos”.