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Urgen soluciones en el casco viejo de Oviedo edificio a edificio, alertan los expertos

La compra de inmuebles por parte de la Administración y la ejecución forzosa de rehabilitación, ejemplos seguidos en otros centros históricos

El pasaje de Ildefonso Martínez (Salsipuedes), una de las zonas más degradadas del Antiguo. MIKI LÓPEZ

El problema del Antiguo es serio y urgente, el deterioro es muy notable, en especial en su lado sureste. Pero la buena noticia es que la solución es rápida y sencilla. Según los expertos, lo que necesita el casco viejo de Oviedo es una solución metro a metro, un pequeño equipo que analice caso a caso esa veintena o treintena de solares vacíos, casas abandonadas o edificios ruinosos y busque las soluciones adecuadas en cada caso.

Francisco Pol, que fue el autor del primer plan de rehabilitación del Antiguo y lleva cuarenta años trabajando en los cascos históricos de buena parte del país, mezcla tristeza y esperanza en su diagnóstico. "En mi última visita a la ciudad vi que en la zona más degradada casi uno de cada cinco edificios estaba sin uso o deteriorado, con situaciones de infravivienda, desocupados... Lo que hay que saber exactamente es a qué obedecen cada una de esas situaciones. Y atajarlas". El optimismo viene, explica Pol, del convencimiento de que en un único mandato (cuatro años) la situación podría cambiar completamente. Es lo que él mismo puso en marcha en Cimadevilla, con una situación de partida mucho peor.

Para realizarlo no hay más que montar un equipo de trabajo que se dedique en exclusiva al Antiguo. "No hay casco histórico que no tenga este tipo de estructuras", detalla Francisco Pol. En algunos casos, como el de Pontevedra, un ejemplo internacional de recuperación de su "casco vello", al margen de las líneas de subvención y de actuaciones muy concretas llevadas a cabo por la administración, existe en la actualidad una oficina de rehabilitación destinada en exclusiva a cualquier licencia urbanística del centro histórico, explica Anabel Gulías, número dos del BNG pontevedrés y concejala de Promoción Económica y Urbanismo. "Lo que queremos", detalla, "es que cualquier persona interesada en irse a vivir al centro histórico tenga unas técnicas del Concello que le expliquen cuáles son los requisitos, las ayudas y las posibilidades. Les damos un asesoramiento integral".

Uno de los responsables del cambio de cara del casco viejo de Pontevedra fue el arquitecto municipal Jesús Fole (hoy en la Diputación pontevedresa encargado de movilidad). Fole explica los ejes de transformación del centro histórico: peatonalización integral del casco en unos pocos meses y adquisición por parte de la administración de edificios estratégicamente situados en tres límites del barrio que luego cedieron a través de convenios a otras instituciones y la remodelación del mercado. Sólo esas tres piezas, cuenta, fueron suficientes para arrastrar la transformación del resto del casco viejo.

En la actualidad, sigue Anabel Gulías, en el centro histórico de Pontevedra se combinan desde colegios como el San José que utilizan la propia plaza pública como patio de recreo hasta ejemplos de cohousing (residencias gestionadas de forma cooperativa) que se han instalado también en las calles del casco viejo porque lo consideran "el mejor lugar para vivir".

Alfredo Antuña, uno de los socios de AV Arquitectos, conoce bien la situación de Oviedo, porque tienen su estudio a pocos metros del Paraguas y él mismo vive en ese mismo edificio. Antuña añade otro problema para el despegue del Antiguo: el cambio de mentalidad de los propios ovetenses. "Hay una tipología social que no ve el casco viejo más que como un lugar para tomar copas por la noche o, como mucho, tomar el vermú los domingos. No lo ven como un lugar para permanecer". Pero Antuña insiste en que el Antiguo es un casco "único" por su escala "humana" y su alternancia de callejuelas y pequeñas plazas. "Un pueblo perfecto para vivir y trabajar, donde puedes ir andando a cualquier lado".

En el diagnóstico de los edificios en ruina identifica varios problemas. "Hay propietarios y promotores que siguen esperando a sacar un beneficio que ya no es posible, y el Ayuntamiento tampoco ayuda". Pero sí cree que el tipo de eficiación del Antiguo serviría para modelos cooperativisitas en los que varias familias abordaran rehabilitaciones conjuntas de dos edificios anexos o que despachos profesionales también se asociaran para instalarse en el barrio. "Es ideal para oficinas, es un buen sitio para trabajar y dar servicios", concluye.

De vuelta a Francisco Pol, su experiencia es que estos pequeños equipos que puedan analizar caso a caso el problema de cada edificio es la solución. "La ley te da un amplio margen para actuar, puedes obligar a ejecutar la rehabilitación porque es una obligación recogida en la legislación, y también puedes sacar a subasta, puedes adquirir, puedes ayudar a los propietarios, puedes plantear convenios. Porque, además, también hay líneas de subvenciones de las distintas administraciones a las que puedes acceder".

Pero hay que hacerlo ya, urge Pol. Situaciones como la del Martillo de Santa Ana, cuya regulación urbanística lleva prevista décadas, necesita una solución inmediata. Lo mismo la Fábrica de Gas, con un plan ya aprobado. "Con la revisión del Plan General", concluye Pol, "creo, además, que es la ocasión perfecta para abordar estos problemas de forma inmediata".

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