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Esquinas Algaba: "No hay revolución sin violencia porque hay que destruir para crear"

El experto en filosofía soviética mantiene que en la actualidad se pueden lograr algunos derechos, pero no cambiar la estructura del Estado

José Ramón Esquinas Algaba durante su conferencia de ayer. MIKI LÓPEZ

Una revolución es un cambio violento y radical en las instituciones políticas de una sociedad y para ello se necesita sangre. "No hay revolución sin violencia", lo sostiene el doctor en filosofía José Ramón Esquinas Algaba, especialista en materialismo filosófico, no en vano su tesis fue dirigida por el fallecido Gustavo Bueno, especialista también en filosofía soviética. Esquinas Algaba dictó ayer en la Fundación Gustavo Bueno la conferencia "Lineamientos provisionales de una filosofía de la revolución".

El ponente no pretende "ni dar recetas de cómo hacer una revolución ni ofrecer una medicina para evitarla", sino "trazar la filosofía de un fenómeno político" que ha estudiado en profundidad. Lo hace desde una distinción crucial, en su opinión, que hizo Gustavo Bueno y que no es otra que las revoluciones totales y parciales. El que le interesa es el primer caso, el de las revoluciones totales, que en la época moderna tienen dos ejemplos clave: por un lado, está la revolución francesa y, por otro, la revolución que supusieron en España las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812. "Las dos son revoluciones que construyen ciudadanos libres e iguales", sostiene Esquinas Algaba, que explica que precisamente eso, un cambio en el modelo ciudadano, la holización de la que hablaba Gustavo Bueno, es fundamental para considerar una revolución como total. "Es el caso de la revolución francesa o la española de 1812", subrayó el ponente, "algo que no ocurrió con las revolucione inglesa o estadounidense".

Esos cambios que se deben generar "nacen de la idea del milenarismo, de la idea del juicio final", dice el doctor. En América se remonta a la etapa del descubrimiento del continente. En ese momento "se construyó una literatura utópica que influye en la concepción de una revolución".

Lo que está muy claro en la concepción que el ponente tiene de la revolución es que "la violencia es intrínseca a todo proceso de revolución total". Y así debe ser "porque tienes que reconstruir el Estado". Es decir, la idea que plantea el experto es que las revoluciones totales "son fenómenos que tienen como objetivo reestructurar el Estado, algo que sólo se puede hacer a través de la violencia porque para construir las nuevas instituciones tienes que destruir las anteriores". "No hay revolución sin violencia", insistió.

Este análisis de la filosofía de la revolución lleva al experto también a asegurar que no parece que vaya a ocurrir algo así de manera inmediata. "No estamos en tiempo de revoluciones", aseguró. Aun así, recordó que Ortega dijo lo mismo en 1923 y todo lo que sucedió después.

José Ramón Esquinas Algaba dice que las "las revoluciones totales son muy raras en la historia" y cree que no estamos en un momento histórico apropiado para que ocurra algo así. "Sí que se pueden dar revoluciones parciales como cambiar la Constitución o lograr un derecho", mantiene. Afirma que "aunque parece que no va a haber ninguna revolución, tampoco se puede negar".

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