Emoción, nostalgia, tristeza, alegría, paz y serenidad. Son algunos de los sentimientos que transmite Pablo Milanés y que ayer se extendieron por el patio de butacas del Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. El cubano repasó su carrera, con todo lo que conlleva, en una sesión de hora y media en la que acabó dirigiendo un coro de cientos de voces. Sonaba la última canción, "El breve espacio en que no estás", y el trovador la alargó como despedida con los agradecimientos oportunos. Cumplido el trámite, tomó postura de director de orquesta y con sus manos marcó cómo el público debía cantar el estribillo de uno de sus clásicos.

Antes, como penúltimo plato, había presentado "Yolanda". "¿Qué les parece si cantamos un poquito?, introdujo. Al llegar el primer estribillo, el famosísimo "te amo, te amo...", la coral ya estaba afinada para seguirle. Hasta llegar ahí, Milanés había repasado su carrera. Lo había dicho al principio del espectáculo, llegaba a Oviedo con "canciones viejas, menos viejas y nuevas" para prometer "una noche maravillosa entre amigos".

Hacía cuatro años que Milanés no estaba en Oviedo. "La última vez vine a celebrar los 50 años de trabajo de mi hermano Víctor (Manuel), aquel día sólo canté una canción, hoy haremos alguna más". Las hizo acompañado de Ivonne Téllez al piano y Caridad R. Varona al violonchelo y con los coros. Dos instrumentos, que junto a la guitarra del propio Milanés, que dejó en muchas de las canciones, encajaron perfectamente en la idea de espectáculo con el que el cubano lleva de gira desde mediados del año pasado y que se llama "Esencia".

De eso se trataba, de eso ha tratado siempre la obra del fundador de la nueva trova cubana junto a Silvio Rodríguez, de apelar a lo esencial de las personas, de sus sentimientos. Lo describe en la canción "Hay", en la que el autor habla "de las dudas que me suelen desvelar" y que resume con todo detalle todo lo que hay en su música. Ese amor y desamor pero también esa conciencia política. Fue precisamente esta composición la que introdujo la parte más política del show, cuando sonaron "Nostalgias" y "Días de gloria", esta segunda canción da título a uno de los discos de Milanés, "pero luego me di cuenta de que la que en realidad tenía la esencia de aquel trabajo es 'Nostalgias' ". "El disco es una crónica sobre mi país, pero viendo cómo se ha desarrollado el mundo en los últimos años nos sirve para todos", explicó.

El formato del concierto permitió al cantautor ir desvelando algunos de los secretos de sus canciones. Así explicó que "Canción de cuna para una niña grande" está dedicada a una de sus hijas cuando estaba embarazada. "Es una de mis hijas mellizas, soy padre de cinco mujeres y no es fácil dedicarle una canción sólo a una de ellas, pero en este caso era la que necesitaba más amor". También contó y cantó que el último tema que había escrito era "Vestida de mar".

El patio de butacas, con 800 entradas vendidas, manifestó durante todo el concierto un reverencial respeto a uno de los grandes de la música en español. Al final el público cantó, porque "Yolanda" hay que corearla.