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ANABEL SANTIAGO | Cantante, presenta en Oviedo su nuevo disco "Y_andá"

"Los puristas están muertos, y los que quedan no están en su sano juicio"

"La música asturiana está sufriendo un proceso de metamorfosis con gente como Rodrigo Cuevas y su cabaret o 'L-R' con el posfolk"

Anabel Santiago, durante la presentación del disco en el Valey. JULIÁN RUS

Al acabar uno de los ensayos, Manuel Cordero, uno de los percusionistas indispensables de la escena rock y pop asturiana de los últimos años, le dijo a Anabel Santiago: "Éste es el proyecto que toda mi vida he querido hacer". Anabel se emocionó con lo dicho por un tipo parco en palabras y poco expresivo en emociones. Se conocen y tocan juntos desde hace años, pero aquello era la demostración de que la aventura en que se había embarcado aquella mujer conocida por su majestuosa voz y por haber sido durante años la reina de la tonada era un acierto. Ensayaban los temas del último disco de Anabel, "Y_andá", que salió a la venta el pasado mes de diciembre y que el próximo jueves se presentará en el teatro Filarmónica (20.30 horas, 12 euros).

- El disco ya tiene un par de meses, ¿cómo va la cosa?

-Ha tenido muy buena acogida. Hicimos la presentación en el Valey, en Castrillón, y vendimos todas las entradas. Además el disco se está vendiendo muy bien y recibiendo muy buenas críticas. Este trabajo me está dando muchas alegrías.

- El jueves estará en Oviedo, hace mucho que no se la ve por la capital.

-Es cierto. No sé si es que no me quieren mucho, pero yo estoy encantada de cantar en Oviedo. Me encantaría estar este año en las fiestas de San Mateo porque creo que este trabajo encajaría muy bien en el programa, Estamos en ello, a ver si hay suerte.

- ¿Cómo es "Y_andá"?

-Es un disco que mezcla la música electrónica con sonidos tradicionales de Asturias, Galicia y Zamora.

- Así como quien no quiere la cosa.

-Me apetecía mucho hacer esta fusión. Siempre que veía bailar a la gente en las danzas tradicionales pensaba que aquello pegaba mucho con bases de música electrónica. Quería hacerlo y apareció Dj Fruela 757. El año anterior habíamos hecho una gira por España, Francia y Suiza con "Electronic llances", ya habíamos empezado la modernización y al aparecer Fruela 757 añadió nuevas ideas y decidimos grabar el disco.

- ¿Ya era aficionada a la música electrónica?

-No. Llegué a ella con Fruela. No soy una erudita de la electrónica, pero sí muy inquieta y muy amante de las de músicas del mundo. Pero decidí que éste era el derrotero por el que quería seguir. Quería divertirme y que la gente se divirtiera. Tenía claro que mi faceta de cantante de butacón se había acabado, quería bailar.

- ¿Estaba aburrida?

-No. Pero tenía ganas de dar un giro, ponerme en movimiento en el escenario. Ser un poco más "dancer".

- ¿Tuvo miedo a los puristas?

-No. Más que a los puristas tenía miedo a salir de mi zona de confort, eso sí que me daba vértigo. Lo del purismo lo tengo asumido desde hace mucho. La mayoría de los puristas están muertos, y los que quedan no están en su sano juicio. En realidad, la gente que se niega a la evolución de las cosas está muerta en vida.

- ¿Cómo se tomaron sus músicos, con los que lleva mucho, la idea de meterse en la electrónica?

-Manuel Cordero, el percusionista, que es un hombre muy prudente, al acabar uno de los ensayos dijo que éste era el proyecto que ha querido hacer durante toda su vida. Es un honor que una persona así, que nunca dice nada, me diga eso. Emilio Fidalgo es un guitarrista que viene del rock, me dijo exactamente lo mismo. Los dos forman parte de la producción y del desarrollo de todo el disco. La producción la hemos hecho entre todos, algo que no es nada fácil.

- También habrá cambiado el proceso de composición.

-Mucho. Por un lado iban las bases electrónicas, por otro las melodías. Todo se fue hilvanando. Por ejemplo "La llave de la alegría" es una canción tradicional zamorana que tenía muchas ganas de hacer. Cambiamos las cosas y le añadimos las bases electrónicas, Fue un proceso complicado porque a muchas canciones les dimos un giro. Nos rompimos muchísimo la cabeza. Tuvimos ensayos de tres días seguidos. Lo grabamos en el estudio de Sergio Tutu, que es "el jefe" de la electrónica.

- El disco tiene diez canciones, y un concierto, más o menos el doble. ¿Cómo encaja esta nueva propuesta con sus anteriores temas para completar el repertorio?

-Muy bien Todo encaja. Hay una parte central del espectáculo que es más intimista y melódica, pero no quiero desvelar más.

- Dice que quiere bailar; los teatros no dan mucho juego para ello, ¿se ve en otro tipo de salas?

-Sí. El día 16 estaremos en Valles, en Piloña, con la asociación Bocanegra, que tiene una magnífica sala de conciertos.

- Acabará en el Aquasella.

-Me encantaría. En el Aquasella y en Benicasim. Pero por ahora vamos poco a poco, aunque estamos dando pasos de gigante con esta nueva producción.

- Algo está cambiando en la música asturiana.

-Está viviendo un proceso de metamorfosis. El folk está avanzando hacia otros universos.

- ¿Y la tonada, de la que usted salió?

-Ahí nos queda mucho por hacer. Yo ahora he dado un puñetazo en la mesa y me voy por peteneras.

- Eso suena un poco a Rosalía.

-Lo estaba pensando ahora mismo, nada más decir la frase. El planteamiento es aportar ideas nuevas con sello propio. A veces tenemos prejuicios con nosotros mismos, pero hay gente que está rompiendo moldes y eso se está reflejando en la respuesta del público. En Asturias estoy yo con esto que han llamado "electro trad", está Rodrigo Cuevas con el cabaret y "L-R" con el posfolk.

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