La investigación policial sobre la caída de la pequeña Tasnim Zikri desde la ventana de un tercer piso de la calle Francisco Cambó continúa abierta, pero según ha averiguado LA NUEVA ESPAÑA las primeras hipótesis apuntan a que la niña se subió a un montón de ropa que había sobre una cama junto a la ventana, se asomó, se puso de pie en el alféizar, perdió el equilibrio y se cayó. A priori, su madre estaba en ese momento ventilando y limpiando la casa.

La niña, de dos años y medio, continúa en la UCI pediátrica del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) estable dentro de la gravedad, pero pendiente de ser sometida a una segunda intervención quirúrgica en la cadera y en el fémur. Los médicos le operaron horas después de que se precipitase al vacío. Consiguieron atajarle una hemorragia interna, aunque tiene varios órganos afectados como el bazo, presenta fracturas en ambas muñecas, clavícula y fémur, y tiene un golpe en la cabeza que ha necesitado drenaje. Tasnim está sedada y conectada a varias máquinas que facilitan el trabajo de sus órganos vitales. Al parecer, ante la buena evolución que la niña ha experimentado en las últimas 24 horas, el equipo médico sopesa retirarle algunos aparatos sanitarios con el objetivo de evaluar la respuesta de su cuerpo.

La madre también está ingresada en el mismo centro tras haber sufrido un agudo ataque de ansiedad la mañana en que se cayó su hija. La vio malherida sobre la acera y la escena le superó hasta el punto de perder el conocimiento minutos más tarde. Está embaraza de seis meses y su estado preocupó a los sanitarios de la UVI móvil que se personaron el miércoles en la calle Francisco Cambó. La Policía Nacional trata de aclarar ahora si ella estaba en la misma habitación que la niña y la vio precipitarse por la ventana o si se dio cuenta posteriormente de que se había caído. La mujer apenas habla español y, según los vecinos y conocidos del matrimonio, salía poco de casa y apenas tenía amigos de confianza en Oviedo. Toda su familia está en Tánger, su ciudad de origen. Ya ha sido trasladada a una habitación de planta en el HUCA y pudo visitar ayer a su hija en la UCI por primera vez. Quien no se ha separado ni un minuto de ellas es el padre de la pequeña, que se organiza como puede para ir de un sitio a otro en el edificio hospitalario y ha aparcado su trabajo como especialista autónomo en colocación de pladur.

Los amigos les ayudan en lo posible. Algunos acudieron al domicilio de la pareja a recoger enseres y a retirar las mantas que colgaban de dos de las ventanas de la casa. Una de ellas, por la que se cayó la niña.