Las lluvias y la celebración de partidos con alta afluencia de aficionados, como el disputado ante el Deportivo de La Coruña hace un par de semanas, han puesto en evidencia las graves carencias que presenta el estadio Carlos Tartiere, que sigue a la espera de que el Ayuntamiento encargue las obras de mejora de la estructura que los técnicos consideran urgentes y que están pendientes desde 2017. Socios que se sientan en la zona de la tribuna Ería más cercana al Fondo Norte, y que pagan 350 euros de recibo anual, denuncian que el pasado sábado, al llegar al campo para asistir al partido contra Las Palmas, se encontraron sus localidades totalmente mojadas a causa de las goteras que presenta la cubierta del estadio. "Y no es la primera vez que nos llueve encima", lamenta un portavoz de la Peña Azul Naveta, colectivo que sufre este problema y que reclama que se tomen medidas "cuanto antes" para acabar con las goteras.
Junto a las protestas por estas filtraciones en la cubierta, durante las últimas semanas, y especialmente a la conclusión del partido contra el Deportivo, también se han recrudecido las críticas por la falta de respuesta a una de las carencias más evidentes que tiene el estadio: los accesos. Miles de aficionados entran y salen del recinto de La Ería por el empinado tramo de escaleras que comunica la zona de la Tribuna Lángara con la avenida de Alejandro Casona. La construcción de una pasarela alternativa, que conectase la zona del Talud con el aparcamiento principal del estadio fue una de las propuestas incluidas en la última edición de los presupuestos participativos, sin que lograra salir adelante. Pese a aquel revés, varios integrantes del tripartito se mostraron a favor de financiar la obra con cargo al presupuesto ordinario. Sin embargo, en las cuentas para el presente ejercicio, aprobadas oficialmente ayer por el tripartito en un Pleno extraordinario, no figura una partida específica para esta actuación, presupuesta inicialmente por los técnicos municipales en 400.000 euros. Tampoco parece que se vaya a financiar con el medio millón de euros que el Ayuntamiento destina este año, como los anteriores, a ejecutar mejoras en el Tartiere. Y es que el alcalde, el socialista Wenceslao López, ya ha anunciado que ese dinero se empleará en adquirir lámparas de calor para mantener en buen estado el césped, otra de las graves carencias del estadio, y si sobra algo en pintar las butacas de azul. Con Agustín Iglesias Caunedo (PP) en la Alcaldía, ya se presentó un primer proyecto para mejorar los accesos al Carlos Tartiere, que consistía en la ejecución de una rampa para conectar la calle Ricardo Vázquez Prada con el primer piso del estadio, junto a una torre dotada con un ascensor y unas escaleras que desembocarían en una pasarela que también conectaría con la primera planta del campo. No salió adelante. El tripartito encargó a finales de 2015 la redacción de un proyecto para unir la calle Ricardo Vázquez Prada y la tribuna Aramo. Sin embargo, nunca se llegó a ejecutar la actuación porque la directiva del Oviedo prefirió dar prioridad a la sectorización del estadio, según indicaron fuentes del gobierno local.
