Llevamos tanto tiempo hablando de candidatos que el arranque oficial de la campaña electoral no puede resultar más que decepcionante. Por mucho que Nacho Cuesta suba corriendo al Naranco a dar un mitín al Sagrado Corazón o Concha Masa diga pegada virtual y aparezca con carteles de átomos muy palpables, nada puede evitar la sensación de que ya está todo visto: el mismo chaleco de Wenceslao, la misma bicicleta de Taboada o los mismos web-vídeos de Canteli recordando su vida. Para las sorpresas y las emociones fuertes habrá que esperar a la noche electoral.