El nuevo concejal de Economía, Javier Cuesta (PP), confía en poder aprobar en las próximas semanas, a lo largo del mes de julio, el plan económico-financiero al que el Ayuntamiento está obligado al haber aprobado un presupuesto fuera de los corsés de gasto y déficit impuestos por las leyes nacionales de control a las administraciones locales. La primera herencia económica del gobierno anterior se sustanciará en un recorte de unos 32 millones de euros (una octava parte del presupuesto de este año) que afectará tanto a este año como al próximo.
En la práctica, matiza Javier Cuesta, se trata de una "indisponibilidad de crédito" que habrá que hacer "sí o sí". Lejos de tratarse de un trámite, este recorte que afectará también a las inversiones del año que viene, es una condición necesaria para desbloquear otras partidas presupuestarias de este año, como la del acceso a los dineros del remanente de tesorería.
Según el concejal de Economía, la aprobación de este recorte ya está en marcha y no se debería retrasar más allá de julio, a expensas de la luz verde que tienen que dar al plan económico financiero tanto el Principado de Asturias como el Gobierno central.
El responsable de Economía en el Ayuntamiento de Oviedo empezó a trabajar con el personal del área desde el primer día posterior al Pleno de constitución de la nueva Corporación, antes incluso de su nombramiento oficial como concejal de gobierno. Desde ese día, indica Cuesta, han empezado a tratar de detallar los ajustes que requiere el plan. Porque el anterior edil de Economía, Rubén Rosón (Somos), lo único que dejó preparado fue "un globo sonda".
Quiere decir Cuesta que los ajustes previstos por el anterior responsable del área no pasaban de señalar que el recorte de 32 millones se realizará en el capítulo de inversiones, pero sin explicar cuáles ni decidir prioridades.
"Un recorte de más de treinta millones", reflexiona ahora Javier Cuesta, "es una barbaridad". "No hay ningún análisis exhaustivo para ver qué es lo más razonable para dejar sin crédito disponible. Por eso lo que estamos haciendo ahora es un análisis fino para ver cuál debe ser el balance que resulte significativo para la ciudad".
Por el lado bueno, Cuesta confía en que hay "inversiones gordas sin licitar" que no cree que puedan desarrollarse de forma inmediata, como es el caso, cuenta, del Bulevar de Santullano, "con bastante indefinición en lo relativo a sus incumplimientos". En el otro lado de la balanza, advierte, la ciudad también necesita despejar algunas inversiones inmediatas que se tendrán que ejecutar en el segundo semestre, por lo que se hace más necesario todavía descender al detalle particular de dónde y cómo se recorta hasta lograr la estabilidad presupuestaria exigida.
Los datos
Incumplimiento. Por tercer año consecutivo, la estrategia del anterior equipo de gobierno, con su concejal de Economía, Rubén Rosón, al frente, fue incrementar al máximo el presupuesto a pesar de incumplir la regla de gasto o el déficit. Rosón sabía que el único problema pasaba por la necesidad de hacer a posteriori un plan económico-financiero
El plan. En la práctica, y para este año, el ajuste al que está obligado el Ayuntamiento
de Oviedo por las leyes nacionales, es un recorte de unos 32 millones de euros, que representan una octava parte del total del presupuesto de este año.
Alcance. El alcance de los recortes se dejará sentir este año y el próximo. Es un impacto que se extiende durante dos años y pasará por indisponibilidad de crédito para determinadas inversiones. Ahora el nuevo edil de Economía, Javier Cuesta, trata de decidir qué partidas se verán afectadas y qué inversiones inmediatas resultan imprescindibles para la ciudad y, por tanto, irrenunciables.
