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El MIR, músculo económico de Oviedo

El millar y medio de estudiantes que preparan el examen en la ciudad generará este curso unos nueve millones de euros

Estudiantes del MIR, ayer por la tarde, a la salida de una sesión de simulacro en el Seminario. LAURA CARADUJE

Más de 200 "tuppers" esperan a ser repartidos en las oficinas de una de las empresas que atienden las necesidades del millar y medio de estudiantes que preparan el MIR en Oviedo. Todas las mañanas entre los meses de junio y febrero las comidas recorrerán en furgoneta las calles de la ciudad para quedar, normalmente, colgadas de la puerta del piso de alquiler de algún joven licenciado en medicina, que los recogerá al terminar su sesión de estudio. Tras disfrutar de su comida, el joven se dirigirá a sus clases y un servicio de limpieza recogerá las sobras y se encargará del cuidado del resto de la casa. Al acabar su jornada, ya sean las largas sesiones de clases o uno de los temidos simulacros de examen y su más temida corrección -como sucedió ayer en el Seminario-, la escena se repetirá con la cena. Así, día tras día hasta el sábado, cuando, al caer la noche, los MIR empiezan su jornada de descanso. Peluquerías, tiendas, centros de fisioterapia, bares y discotecas ofertan precios especiales para unos clientes que, especialmente durante los meses de julio y agosto, cuando la ciudad parece desierta, suponen una parte importante de su cuota de mercado. Ya el domingo, su verdadero momento de esparcimiento, empresas de entretenimiento ofertarán actividades a lo largo y ancho de Asturias con tanto éxito como un descenso del Sella que, a principio de este mes de julio, congregó a mil cien graduados en medicina. Es la industria local del MIR, que este año moverá en torno a los nueve millones de euros.

Cerca de un diez por ciento del total de los aspirantes al MIR de toda España preparan sus exámenes en Oviedo, números que solo están por debajo de grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Este año, el curso intensivo en la ciudad cuenta con 1.500 alumnos presenciales, una cifra algo superior a la que se manejaba en los últimos ejercicios, cuando rondaban los 1.200 participantes. De ellos, sólo 200 son locales. El resto viene desde fuera de Asturias a preparar el examen de Médico Interno Residente a la capital del Principado. Y el impacto que tienen en la economía local, durante los más de siete meses que se quedan en la ciudad, no es nada desdeñable. Solo las matrículas del curso de los alumnos que acuden a clase en Oviedo, cuyo precio ronda los 2.000 euros por persona, mueve un total de 3 millones de euros, la gran mayoría facturados por una empresa asturiana.

La academia MIR Asturias, una de las tres que hay actualmente en activo en la ciudad, reúne en Oviedo a 1.350 estudiantes presenciales, además de los 1.250 que siguen las clases vía conferencia desde el resto de sedes que tiene repartidas por toda España. El éxito de la academia dirigida por el médico asturiano Jaime Baladrón, famosa en todo el país por sus buenos resultados en el examen, congrega desde 1987 en el Seminario, año tras año, a más de mil estudiantes. Este éxito ha permitido florecer a su sombra toda una constelación de empresas locales para satisfacer las necesidades de sus estudiantes.

Los más beneficiados por la llegada de los jóvenes médicos son sus caseros y las empresas especializadas en ofrecerles todos los servicios. Aproximadamente el sesenta por ciento de los 1.300 estudiantes foráneos se alojan en pisos que ofrecen directamente los particulares, mientras que el restante cuarenta por ciento contrata con empresas que funcionan como intermediarias e incluyen en su oferta servicios de lavandería, "catering" y limpieza. El precio medio de estos paquetes especiales para los MIR ronda los 800 euros, aunque pueden variar en función del tamaño de la habitación y la localización del piso que se alquile.

Quienes no contratan con este tipo de empresas tampoco suelen prescindir de estos servicios, pues necesitan centrarse en sus estudios, y los adquieren de manera directa con otros proveedores locales. El desembolso de la contratación de estos servicios prescindiendo de los intermediarios no resulta mucho más económico. La suma del gasto en alquileres y servicios de limpieza, "catering" y lavandería, sea en paquete o individualizado, supone unos 7,8 millones de euros durante todo el curso, más de un millón de euros al mes.

Las empresas de servicios no son las únicas que perciben beneficios de la llegada de los estudiantes. El gasto medio estimado de un MIR en los comercios locales ronda los 120 euros mensuales. Tras siete meses y medio en la ciudad, supera el millón de euros. Numerosos establecimientos han incluido en sus políticas comerciales descuentos para los licenciados en medicina; negocios tan diversos como copisterías, centros de fisioterapia, peluquerías o restaurantes en los que se ofertan menús especiales para ellos.

Es especialmente reseñable el negocio que hacen los locales de ocio durante el verano, cuando la ciudad se vacía y son los médicos los que, durante las noches de los sábados, llenan espacios como la plaza del Sol o la plaza del Paraguas. Algunos de los bares del casco antiguo de la ciudad, como el pub Nunca Jamás, se especializan en estos clientes durante los meses de julio y agosto, manteniendo sus puertas abiertas para ellos mientras sus vecinos permanecen cerrados por vacaciones.

Las jornadas de descanso de los domingos también han resultado ser una fuente de ingresos para unas pocas empresas especializadas, desde las que se les ofertan experiencias de ocio. Es una oportunidad para que los de fuera, además de hincar los codos durante diez horas diarias, puedan disfrutar del verano en Asturias. Sus planes pasan por ir al Xiringüelu, disfrutar de un spa o visitar Picos de Europa. Se ofertan con precios que van desde los 12 a los 34 euros y que, en ocasiones como el ya mencionado descenso del Sella, llegan a congregar a más de mil estudiantes.

Una estimación aproximada sobre el impacto económico total de la presencia de los jóvenes MIR en Oviedo supone, sin contar con el desembolso en las matrículas, un total de unos 9 millones de euros para la ciudad. Esta cifra convierte a los aspirantes a médicos especialistas en uno de los músculos económicos de Oviedo, especialmente durante los meses estivales, cuando cae la facturación de otros sectores.

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