"José Antonio era un verdadero amante de Oviedo y, sobre todo, del casco viejo. Quería mucho a esta ciudad y a sus vecinos. Siempre ha sido una buena persona, un buen padre y un buen esposo". Con esas palabras de cariño y visiblemente emocionada describía ayer Matilde Legazpi a su marido fallecido, José Antonio Arias. Entre otras cosas fue alcalde de barrio del Antiguo desde 1992 hasta que desapareció esa figura en la ciudad a principios de esta década.

Decenas de amigos y familiares acudieron a la iglesia de San Tirso el Real para despedir a José Antonio Arias, que falleció a los 83 años tras no poder superar una enfermedad. "Era un gran compañero, una persona que se ganó con creces a lo largo de su vida el respeto y el cariño de sus amigos", asegura Ángel Lago, presidente de la Asociación de Antiguos Tunos de la Universidad de Oviedo, un colectivo al que pertenecía José Antonio Arias. "Era muy servicial, un hombre muy familiar y muy trabajador", señala Ramón del Fresno, presidente de la asociación de vecinos del Cristo.

José Antonio Arias fue padre de ocho hijos y el fundador de la asesoría de cuentas Arias. Durante años trabajó como auditor censor jurado de cuentas. El exregidor Gabino de Lorenzo le confió en su día la alcaldía del barrio en el que residía. "No había día que no saliera de casa para dar una vuelta por el Antiguo. Estaba obsesionado con mejorar el barrio y se ponía de muy mala leche cuando veía que estaba lleno de pintadas y otras carencias", explica su hija Covadonga. "En casa era el mejor padre del mundo, siempre lo demostró. Siempre decía que era el Alcalde del barrio más maravilloso de la ciudad más maravillosa del mundo", añade.

Todos los que conocían a José Antonio coinciden a la hora de señalar que "era un hombre de esos que deja huella por su personalidad y por su saber estar".