No llegan a la treintena y se definen como "agitadoras folclóricas llegadas para animar el panorama de la farándula musical asturiana". Pinchan "éxitos de gasolinera, divas del pop, petardeo y mucho más" y se hacen llamar "Les Greques". Si hay una fiesta, allí que se van; así que mañana estarán en el tercer cumpleaños del Manglar (Martínez Vigil, 14). Se pondrán a los platos después del concierto de los "Pinflois".
Detrás de "Les Greques" están Paula García y Marina Amado y además de pasárselo muy bien hacen arqueología folclórica feminista, por poner alguna etiqueta, si es que se puede. Quieren "dar visibilidad a esas mujeres que rompieron estereotipos", las folclóricas de los años 60 y 70 y para ello han editado el fanzine "Tronío y Poderío", una joya con la historia de más de 40 mujeres fascinantes. Y no es fácil, a las folclóricas se las encumbró y despreció con la misma facilidad y por eso hay poquísima información de muchas de esas mujeres, salvo las más grandes. Ahora, estas dos jóvenes han hecho ese trabajo "contrastando muchas informaciones que juegan con la leyenda y el mito" y recuperar a artistas que "parecen haber quedado para el frikismo, pero que tienen un trasfondo social y cultural muy importante", en palabras de Marina.
Hacen ese trabajo desde la perspectiva de género, siendo conscientes de que "eras mujeres no eran feministas en el sentido que se entiende ahora", pero destacando que "que una mujer fuese empresaria en pleno franquismo sí que era feminismo".
La copla ha sonado en todas las casas de este país y "siempre ha estado asociada a la mujer", pero desde un análisis un poco más profundo "Les Greques" mantienen que es un género que "nace de los márgenes". Pese a que siempre se ha asociado con el franquismo y con una España gris "el mensaje que trasmite tiene poco de tradicional" y ese mensaje se elabora "con una narrativa que no se ha vuelto a ver y con una poesía que tiene un mensaje muy potente". Eso sí, "el franquismo lo utilizó para manipular al pueblo haciendo ver que estaba de su lado".
Ellas se han adentrado en todo ese mundo. Han sido muchas horas de estudio y de escucha activa de música que se supone que no debería gustar al público joven, pero todo eso les ha servido para tener una base sólida para montar una fiesta como la que se vivirá mañana en el Manglar.
